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Empezó como un murmullo y fue ganando la fuerza de un extraordinario movimiento. Un conjunto de periodistas y activistas feministas argentinas, bajo el lema “Ni una menos”, llamaron a expresar su rechazo contra el femicidio y contra toda forma de violencia de género. Su página de Facebook llegó a más de 100 mil seguidores en pocos días y Twitter se inundó del grito indignado de una convocatoria a la que adhirieron desde la Presidenta Cristina Kirchner hasta la célebre conductora de la televisión local, Mirtha Legrand. Miles y miles de fotos de personas de todas las edades y de todos los rincones del país, sosteniendo un cartel con el lema de la campaña, se multiplicaron por las redes sociales, logrando una unanimidad pocas veces vista alrededor de una causa nacional. Hoy, 3 de junio, las plazas de las principales ciudades argentinas serán el espacio de convocatoria de una manifestación multitudinaria contra la violencia de género. Nadie hubiera imaginado que esto ocurriría algunas semanas atrás.
María Pía López, investigadora argentina y una de las organizadoras del movimiento, expresaba ayer en una excelente nota publicada por el periódico Página 12, que “si esto cuajó es porque había algo que lo preexistía, una conjunción entre ánimo social y trabajo minucioso de los grupos de activistas que venían, con empecinamiento necesario aunque tantas veces desoído, tratando de llamar la atención sobre la cuestión. Que exista la categoría de femicidio, que permite diferenciar estos crímenes de otros, y su registro necesario para realizar efectivas políticas públicas – es parte de esa tenacidad que no vive sólo en las redes”.
Las estadísticas sobre la violencia de género son, en todo el mundo, limitadas y no llegan a expresar la gravedad de una de las más tenebrosas formas de violación a los derechos humanos en las sociedades contemporáneas. Violencia que cobra la vida de miles de mujeres, muchas de ella aún niñas, tanto en las sociedades opulentas como en las más pobres. Delitos que, con indignante frecuencia, permanecen impunes y silenciados.
En América Latina, según la Organización Panamericana de la Salud, 1 de cada 3 mujeres han sufrido algún tipo de violencia de género o sexual, mientras casi 40% de los homicidios de mujeres son cometidos por su pareja.
Hoy, 3 de junio, toda la Argentina marchará bajo un mismo lema.
#NiUnaMenos se transformará en un inmenso grito de justicia que abrazará al país y marcará un momento histórico en la lucha por la igualdad de género, por el respeto a la dignidad humana y por el desprecio hacia toda forma de impunidad, complicidad o indiferencia hacia quienes comenten actos de violencia contra las mujeres.
A marchar y a seguir marchando, porque no queremos, porque no aceptamos, porque no toleramos que vuelva a faltar, ni una menos.
Comentarios
¿Qué diferencia hay entre lo animal y lo humano?. ¡Ninguna¡ El macho humano y el macho animal tienen en común la misma visión sobre la hembra, a la que consideran un simple objeto de placer material. Un elevado porcentaje de machos humanos (los varones) carecen de ética sexual... se olvidan de que nacieron de hembras humanas (las mujeres). ¿Qué piensa de su padre un hijo que vea a su padre como un asesino de su madre? En esas relaciones ancestrales el pene es santo y la vulva es diabólica. Curiosamente, esa clase de machos se sienten atados a esos desajustes de relaciones corruptas.
¿Qué diferencia hay entre lo animal y lo humano? En tu caso, ¡ninguna! A tenor del razonamiento que haces, más propio de un chimpancé que de una persona. Si tú careces de ética sexual, no nos metas a los demás en el mismo saco. Si crees que el pene es santo, no nos metas en el mismo saco. Si crees que la hembra es un simple objeto de placer material, no nos metas en el mismo saco. Habla por ti y a los demás déjanos tranquilos.
Es verdad que hace poco tiempo en el mundo civilizado aun era legal la esclavitud, compartiendo el espacio social al lado de instituciones tan respetables como eran las leyes y los credos religiosos.Solo después de una guerra civil en uno de los estados civilizados más grandes del planeta, se abolió la esclavitud y las personas independiente del color de su piel, eran por igual libres, en igualdad de derechos y deberes.Los derechos humanos reconocen a la mujer y al hombre también personas iguales ante la ley.Pero la naturaleza los ha hecho diferentes en lo tocante a la reproducción, siendo ese un punto a tratar en el derecho para que la diferencia física, no se transforme en una carencias de derechos.Siendo los hijos y la familia el fundamento y la razón de ser de la unión de hombres y mujeres mediante el matrimonio de forma general.Pues es hoy día también es reconocido el matrimonio homosexual, como la libertad de dos personas del mismo sexo a vivir juntas formando una unidad familiar, y poder adoptar hijos.Los atavismos arrastrados del pasado aun acarrean unas formas añadidas y obsoletas de comportamientos, que dan a las personas por su condición física diferenciada supuestas superioridades de otras épocas.La mujer socialmente no tiene iguales derechos aun en algunos países a la hora de ejercer ni ante el patrimonio, ni ante la responsabilidad civil.Quedando esos rescoldos de dependencia y supeditación como derechos en el inconsciente, que permiten los casos de abusos y de violencia de género.Por eso ahora cada vez más se dan más los matrimonios civiles, donde no hay supeditaciones ni dependencias morales en el contrato del matrimonio.Sino que desde la igualdad, se contrae matrimonio mientras las dos partes se acepten.Desde el respeto mutuo, y desde la libertad de ejercer la relación al amparo de las leyes.Siendo motivo de ruptura del contrato, los hechos de la violencia de género o cualquier otra forma cometida contra la otra parte en razón de las diferencias por razón del sexo de las personas.
Los que hemos sido criados por una generación que repetía con frecuencia: "El hombre que maltrata a una mujer es un cobarde" , nos horrorizamos con los hechos de los cuales son víctimas cientos y cientos de mujeres. En buena medida la violencia se ha ido acrecentando desde hace dos décadas por el incremento de la violencia en la programación de la TV .Millones de niños que suelen estar solos en la casa mirando la pantalla se han criado viendo actos de violencia, que, sin lugar a dudas ha formado parte de su propia psiquis. Estas son las consecuencias.