Cartas al director

El patriotismo de Linde

De nuevo un gobernador del Banco de España trata de dar lecciones de historia económica sin querer auscultar la contribución de su institución en la deriva de la crisis. Este mismo gobernador, nada más tomar posesión, ya dijo que la institución había actuado con poca decisión, de modo insuficiente o inadecuado ante la burbuja del sistema financiero. Hubiera sido más patriota reconocer los errores cometidos, sancionar los procedimientos de asunción de riesgos que su institución no evitó y contribuir de manera decidida en la regulación bancaria con el objetivo de promover el acceso a la financia...

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De nuevo un gobernador del Banco de España trata de dar lecciones de historia económica sin querer auscultar la contribución de su institución en la deriva de la crisis. Este mismo gobernador, nada más tomar posesión, ya dijo que la institución había actuado con poca decisión, de modo insuficiente o inadecuado ante la burbuja del sistema financiero. Hubiera sido más patriota reconocer los errores cometidos, sancionar los procedimientos de asunción de riesgos que su institución no evitó y contribuir de manera decidida en la regulación bancaria con el objetivo de promover el acceso a la financiación de pequeñas empresas y familias.

Este país no necesita patriotas, sino gestores que faciliten su vida cotidiana, que no cacareen el buen estado de los indicadores macroeconómicos, sino que eviten las situaciones de desamparo y angustia de muchas familias sin trabajo y sin casa. Llamar patriota a una política económica que ha promovido que los hijos de las familias más vulnerables sufran toda su vida los efectos de esta crisis carece, cuando menos, de cualquier rastro de sensibilidad.— Tomás Boyano Sanz.

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