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Chernóbil, 29 años después

La central nuclear que protagonizó el mayor accidente nuclear de la historia aún supone una amenaza para la seguridad. Un segundo sarcófago aislará durante 100 años el reactor que explotó

Prípiat se ha convertido en el paraíso de los fotógrafos que acuden en excursiones de 'turismo nuclear'. En la imagen, la noria de un parque de atracciones que iba a inaugurarse el 1 de mayo de 1986, seis días después del accidente.E. G. S.
La ciudad fantasma de Prípiat, a menos de tres kilómetros de la central nuclear de Chernóbil, es una de las áreas más contaminadas de la zona de exclusión. Los guías oficiales recomiendan pasar el menor tiempo posible allí y evitar pisar la vegetación que crece salvaje entre el asfalto. Casi todos los edificios amenazan ruina.E. G. S.
Una de las avenidas principales de Prípiat, hoy colonizada por la maleza. Está prohibido entrar en la zona de exclusión, pero la administración de la central ha montado un pequeño negocio turístico y autoriza a algunas agencias a llevar grupos de visitantes. Las excursiones desde Kiev, a unos 150 kilómetros, son de uno o dos días.E. G. S.
En 1986 estos cuatro reactores estaban activos en la central nuclear de Chernóbil. El número 4, a la izquierda, es el que quedará cubierto con el nuevo sarcófago. Se retirará la chimenea y la cubierta quedará sellada.E. G. S.
Interior de la estructura del sarcófago que cubrirá el reactor siniestrado de Chernóbil, el pasado febrero.SERGEY DOLZHENKO (EFE)
El segundo sarcófago se ha diseñado para que nada entre ni salga del reactor accidentado. La cubierta tiene una 'doble piel' con una cámara de aire en la que se monitorizará la temperatura y, sobre todo, la humedad. No puede superar el 40% para que no se produzca corrosión.E. G. S.
El consorcio que construye el segundo sarcófago tuvo que levantar un muro de hormigón junto al reactor número 4 para proteger a sus trabajadores de la radiación. Ahora tienen jornadas de ocho horas; antes solo podían estar tres.
Construcción del almacenamiento provisional (100 años) del combustible gastado de los tres reactores restantes de Chernóbil. La instalación, llamada ISF-2 por sus siglas en inglés, lleva retraso y acarrea un sobrecoste de 300 millones de euros. Está previsto que la compañía estadounidense Holtec la termine en 2016. El almacenamiento actual, en las piscinas de los reactores y en el ISF-1, no cumple las medidas de seguridad.E. G. S.