Cartas al director

¿Quién es el responsable?

Mientras las inundaciones del Ebro dominaban las noticias las pasadas semanas, el foco estaba puesto en el impacto sobre los humanos y los costes económicos de las propiedades dañadas. Sin embargo, poco se decía acerca de los animales de granja afectados por esta catástrofe. Durante estas inundaciones se han contado por miles los animales muertos por ahogamiento encerrados en sus naves sin escapatoria. La muerte por ahogamiento es una de las más terribles y desesperantes que puede tener un ser vivo. Estos animales son seres que sufren y padecen de un modo muy parecido al nuestro. Por otra part...

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Mientras las inundaciones del Ebro dominaban las noticias las pasadas semanas, el foco estaba puesto en el impacto sobre los humanos y los costes económicos de las propiedades dañadas. Sin embargo, poco se decía acerca de los animales de granja afectados por esta catástrofe. Durante estas inundaciones se han contado por miles los animales muertos por ahogamiento encerrados en sus naves sin escapatoria. La muerte por ahogamiento es una de las más terribles y desesperantes que puede tener un ser vivo. Estos animales son seres que sufren y padecen de un modo muy parecido al nuestro. Por otra parte, son absolutamente dependientes de los humanos, responsables de su cuidado. Como decía Antoine de Saint-Exupéry en su pequeño y entrañable libro: “Eres responsable para siempre de lo que has domesticado”.

Y he aquí la palabra ausente: “Responsabilidades”. ¿Quién es el responsable de este previsible desastre? ¿Quién se hace cargo de tanto sufrimiento de seres vivos cautivos que están a nuestro servicio? ¿Es que no se pudo prever esta situación cuando la crecida tarda días en llegar a estas granjas? He escuchado a algún responsable decir que sí se podrían haber salvado la mayor parte de estos animales; lógicamente, con un coste económico y si hubiese existido un plan de evacuación. Pero es probable que los cálculos económicos no justificaran tener una actitud de respeto a estos animales. No queda claro si se trató de una falta de preocupación y empatía por los animales afectados o ha sido un intento deliberado de ocultar el sufrimiento causado por el sistema.

Llegados a este punto creo que es conveniente reflexionar sobre nuestra relación con los animales que nos sirven y desarrollar planes de actuación eficaces para que no se vuelva a repetir una catástrofe de esta naturaleza. Debemos evitar todo sufrimiento animal que sea, valga la redundancia, evitable.— Gustavo María Levrino.

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