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El dibujante de historias humanas

El ilustrador Lusmore Dauda ha encontrado lo mejor de la humanidad en lugares donde otros solo ven subdesarrollo

En medio del bullicio del mercado de Sololá (Guatemala), me saluda Miguel desde abajo con una dignidad de rascacielos: “¿Qué hay, compadre?”. Y me habla de la importancia de la alegría y de la hermandad entre las personas. No es un caso aislado, en muchos lugares he conocido personas que sufren dolores y graves discapacidades físicas; y todas ellas guardan un don común muy especial: regalar a su paso una lección de vida.LUSMORE DAUDA
El Cairo es una ciudad desbordante, de grandes contrastes donde se calcula que viven más de 20 millones de almas. Este dibujo de trazo rápido lo realice ante la propia escena representada. Me llamó la atención esa capacidad humana de aislarse del mundo, de dar la espalda a una realidad frenética y caótica que nos rodea. La estampa del pescador parece haber quedado congelada en el tiempo, mientras el entorno se ha trasformado y las aguas del río se han contaminado. El pescador se toma su tiempo e intenta pescar la suerte en el Nilo.LUSMORE DAUDA
Musa, de ocho años, es un niño de la calle que se busca la vida con algunos trabajillos y pidiendo comida en los restaurantes. Me permitió que le acompañara durante un día entero por las calles de su vida. Este dibujo refleja tal vez el momento más especial de ese día, tras él hay esta pequeña historia. Cada atardecer, Musa sube a una azotea y espera pacientemente el momento en que el cielo azul se tiñe de negro; es cuando miles de cuervos kungurus reaniman el vuelo. Para Musa es la señal que anuncia el final del día, el momento de correr en busca de un lugar donde instalar su cama de cartón. Mji Mkongwe (Zanzíbar).LUSMORE DAUDA
Siempre me ha sorprendido la fuerza de las mujeres, las mujeres trabajadoras, las mujeres madres, las mujeres luchadoras en todos los sentidos. Este dibujo de Josefina vendiendo en el mercado de San Cristóbal de las Casas (México). Muestra su cansancio por las grandes distancias que camina a diario desde su comunidad, así como el agotamiento por las largas jornadas de trabajo a las que se enfrentan muchas mujeres madres. Pero también habla de su lucha por otro mañana más digno para los que vienen. Su bebé no pierde la oportunidad de jugar con sus trenzas, rodeado de los frutos de una tierra generosa.LUSMORE DAUDA
Miguel, alias 'El Piraña', tiene 11 años y anda varado por las calles de Tegucigalpa (Honduras). Un buen día, cambió su bote de pegamento por la ilusión de una feria. En sus ojos, las luces de las atracciones toman un verdadero sentido; una sonrisa fugaz pero verdadera que guiará su camino. Este dibujo forma parte del proyecto de educación en valores Lupita Mundi. En este trabajo situé el punto de vista en los pies de los protagonistas como parábola de su situación.LUSMORE DAUDA
Cuando viajo, me fijo principalmente en el paisaje humano. Y cuando dibujo intento mostrar a los protagonistas en el contexto social que los envuelve, en esa relación suelen surgir conflictos como David contra Goliat. Este dibujo lo hice horas después de conocer a Mamadou, trabajando bajo el frío y el agua nieve en una calle de Roma. En el original le acompañaba esta frase: “Como piezas de un puzle roto, pedacitos de África andan dispersos por Europa”.LUSMORE DAUDA
En muchos países del continente africano existe un fenómeno extendido de personas con graves trastornos psicológicos que viven en la calle, enfermos mentales que no reciben ningún tipo de ayuda y por lo general son tratados cruelmente y de forma deshumana. El original de este dibujo se lo regalé al protagonista de esta historia. En Mbeya, Tanzania, conocí a Lupo, un curioso personaje que se pasaba el día recogiendo papelitos y bolsas de plástico de las calles. Cuando alguien le daba dinero, lo rechazaba de inmediato tirándolo al suelo. Muchos niños y mayores lo tomaban por tonto y se reían a su costa. Pero Lupo lo tenía claro. Decía a regañadientes: “El dinero no es un papel bueno porque engaña a la gente”.LUSMORE DAUDA
A veces soy como una especie de fotógrafo que dibuja, observo y espero el momento adecuado, el instante en que la imagen se componga de una acción y de varios elementos. Eso ocurrió con este dibujo. Jalila es una vendedora de frutas en el barrio de Al Matariya (El Cairo), y al contrario de su apariencia cubierta con una especie de 'niqab', es una mujer muy abierta y con un gran sentido del humor. El dibujo también muestra la forma ingeniosa en la que transportan a los niños pequeños sobre los hombros. Y, aunque no lo parezca, es bastante confortable y sobre todo deja las manos libres a las madres para seguir trabajando.LUSMORE DAUDA
Me gusta pensar que mis dibujos logran escapar de esa cadena industrial de imágenes estereotipadas que no suelen respetar un mínimo de dignidad de las personas retratadas. Me gusta pensar que si lográramos cambiar pequeñas creencias y algunas palabras, el mundo podría transformarse fácilmente. En ese sentido, hace tiempo que borré de mi mente la palabra pobre. Demasiadas veces se recurre a cifras y estadísticas para hablar del fenómeno de los niños de la calle y pocas veces llegamos a conocer las historias y los nombres de sus protagonistas. En la imagen, Musa y Sadi, dos niños que viven y juegan en las calles de Arusha (Tanzania).LUSMORE DAUDA
No creo que haya que tener una gran habilidad con el dibujo, en realidad, la técnica de mis trabajos es básicamente la empatía. Intento mirar a través del corazón como si fuera el objetivo de una cámara y retratar a las personas y las situaciones que puedan servir para despertar una reflexión o dar un poco de luz a realidades olvidadas. En muchos lugares del mundo, los niños son obligados a trabajar desde muy temprana edad para aportar algo de dinero a la economía familiar. Por ese motivo, muchos de ellos ven truncada la posibilidad de ir a la escuela. En la imagen, Marcos, de nueve años, sin hora ni reloj, de un día cualquiera en la dificultosa tarea de ganar unas monedas. Chiapas (México). Este dibujo forma parte de una serie sobre niños limpiabotas e infancia trabajadora en situación de calle.LUSMORE DAUDA
Me gusta viajar solo. Creo que es imprescindible para lograr mezclarse con los demás, para entrar en sus vidas es necesario olvidarse de uno mismo. En los 'pueblitos' perdidos, los niños andan a la espera de que la carretera les traiga alguna sorpresa. Si llega algún viajero, un enjambre de niños rodea el vehículo a la contemplación del forastero. Cuando la situación ya es una fiesta popular, de improvisto aparece Mama Pam Pam que, armada con un palo en la mano, despeja en un instante el espacio. Corriendo van grandes y pequeños, quedando tan solo el eco de las risas como recuerdo. Camino a Sumbawanga (Tanzania).LUSMORE DAUDA
El secreto de un buen dibujo de estas características no es la técnica, sino la relación que se establece entre dibujante y protagonista… Esa relación, sin duda, también quedará reflejada. Le llaman Ahmed 'El Limpiabotas', descalzo lo encontrareis en el antiguo bazar de Assouan con la mirada siempre puesta en los pies. Viste como un hombre, sabe lo que un anciano, pero todavía ríe como un niño. Este dibujo y la dedicatoria son un homenaje a mi amigo Ahmed (Egipto).LUSMORE DAUDA