Cero a la izquierda

Existen números mágicos como el del gordo de la lotería y números malditos como el de los muertos en una guerra.

Hay números incalculables: el de los granos de arena del desierto y números indignantes: los 10.000 millones del presupuesto de Defensa para comprar armas. Hay números ingentes, las distancias en años luz, y números mezquinos, la cifra de los recortes. Números divinos, los de la proporción áurea, y números que asustan, los 1.200 millones de humanos nacidos en solo 14 años. Hay números felices, los de la ecuación resuelta, y números sin vergüenza, la de veces que puede mentir ...

Existen números mágicos como el del gordo de la lotería y números malditos como el de los muertos en una guerra.

Hay números incalculables: el de los granos de arena del desierto y números indignantes: los 10.000 millones del presupuesto de Defensa para comprar armas. Hay números ingentes, las distancias en años luz, y números mezquinos, la cifra de los recortes. Números divinos, los de la proporción áurea, y números que asustan, los 1.200 millones de humanos nacidos en solo 14 años. Hay números felices, los de la ecuación resuelta, y números sin vergüenza, la de veces que puede mentir el Gobierno. Hay números dorados, la pensión de jubilación, y números asesinos, los del embargo hipotecario. Hay números inocentes, la entrada de las estaciones, y números culpables, los de las tarjetas negras de Caja Madrid. Hay números sangrientos, los de las víctimas del machismo, y números infames, tantos niños trabajando. Y también existen números ridículos: los de Cristobal Montoro.

Y ante todos esos números, nosotros sólo somos un cero a la izquierda.— Laura Husé Valle.