Cartas al director

Esclavos modernos

Una funcionaria reconocidamente honesta y eficaz ha sido destituida por Ángel Donesteve, concejal de distrito del Ayuntamiento de Madrid, que declara sin pudor que la causa es que la interesada no aceptaba estar a su plena disposición en cualquier horario, “que es lo que merecen los ciudadanos”. En España, multitud de empresas públicas y privadas obligan a los trabajadores a alargar sistemáticamente su jornada laboral bajo coacción, presión o amenaza velada “porque en la calle hay muchos que estarían dispuestos”. Esta práctica ilegal, conocida y consentida, es excepcional en los productivos pa...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Una funcionaria reconocidamente honesta y eficaz ha sido destituida por Ángel Donesteve, concejal de distrito del Ayuntamiento de Madrid, que declara sin pudor que la causa es que la interesada no aceptaba estar a su plena disposición en cualquier horario, “que es lo que merecen los ciudadanos”. En España, multitud de empresas públicas y privadas obligan a los trabajadores a alargar sistemáticamente su jornada laboral bajo coacción, presión o amenaza velada “porque en la calle hay muchos que estarían dispuestos”. Esta práctica ilegal, conocida y consentida, es excepcional en los productivos países del norte de Europa, y supone una intolerable falta de respeto hacia las personas, pues las arrebata uno de sus bienes más preciados: tiempo para su vida personal y familiar.

No nos engañemos, hay donesteves por doquier, el único error del concejal ha sido su sinceridad, y en un país civilizado sería denunciado y destituido de inmediato. Mientras tanto, la Comisión para la Racionalización de los Horarios Españoles sigue predicando en el desierto. A todo esto, la tasa de natalidad por los suelos. Qué raro, ¿verdad?— Javier González Ramiro.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En