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A través del cristal

‘La ventana y el espejo’, una muestra de la artista alemana Karin Kneffel, estará a partir del 16 de octubre en el MAC de A Coruña

Kneffel no cree en la vocación: "Ser una pintora es lo que siempre he querido ser. Está bien y es mi trabajo. Y no hay nada más a lo que me gustaría dedicarme, con la excepción de ser profesora de la academia de Múnich". Poder enseñar a jóvenes artistas es algo que no descarta a medio o largo plazo.

"¡No! ¿Cómo podría recordarlo?", contesta al preguntarle por su primer dibujo. "Cada niño nace como un fabricante de imágenes, y conmigo fue igual". Como artista, opina que el trabajo no empieza con un dibujo o un cuadro, se pinta sin un punto de partida, "como los corredores".

Karin Kneffel
¿Eligió el realismo? ¿El realismo la eligió a ella? "Desde hace años me interesa la historia de la arquitectura de la Bauhaus; necesito la confrontación con todo lo que me parece que está vivo y es interesante en la cultura". Para ella, el arte debe ser una reflexión acerca del arte y con el arte.

"Yo no elegí", cuenta que eligió la realidad sólo para transformarla. No le gusta usar lo abstracto en su trabajo: "En el momento en el que te fijas en mis cuadros verás que no hay espacio real en el que puedas entrar. Es un poco complejo para explicarlo con palabras, pero me gusta el proceso de transformación que el arte puede hacer con la realidad".

Karin Kneffel

Empezó en la década de los 90 con retratos de animales, y sea cual sea el tema que elige (frutas, fuego, perros y alfombras, casas con tejado de dos aguas de los barrios periféricos alemanes, las cortinas de nuestra infancia, el vistazo a los patios con sus inquietantes historias que se ocultan detrás de sus ventanas, etc.), "todo son representaciones de partes de nuestras vidas y he podido plasmarlas en imágenes".

Los espacios pictóricos de la artista se han vuelto más complejos, han sido penetrados por una fuerza motriz: "La insistencia en el examen visual de nuestra cultura, ya sea a través de la representación de los objetos, ya sea por la incorporación de todas las épocas arquitectónicas o por la misma participación de los medios de comunicación".

Karin Kneffel
La creación crea cierto grado de dependencia. Ese hilo invisible que anuda al artista con su obra. "Hay cuadros que no son fáciles de hacer, hay algunos que realmente tengo que trabajar durante mucho tiempo en ellos, pero cuando los miro, son una parte de mí, que acabarán fuera, en el mundo". La libertad de cualquiera para juzgarlos es algo que la pintora ve como obvio, y, sea cual sea el resultado de ese juicio, ella siempre está pendiente de ellos, de sus lienzos, "donde quiera que estén".Karin Kneffel
Karin Kneffel estudió con Gerhard Richter, uno de los dos gigantes de la escena artística en Alemania, junto a Sigmar Polke. Para ella, él es una de sus mayores influencias. También pronuncia el nombre de Oldenburg, Hitchcock o Velázquez, "no sólo con las Meninas". Lo crucial "es sentir el significado de la cultura, y no sólo para mí, sino para mucha más gente".Karin Kneffel

La ventaja y el espejo, refleja una realidad biselada por un cristal que existe en la mente de Kneffel, y quizás algo más allá; también aparece y se hace real en la retina del espectador. Para ella, "el espejo es una ventana y la ventana es un espejo. La persona es una escultura, el suelo es el agua, las Meninas resurgen en una casa de Mies van der Rohe... Hay muchas posibilidades, pero todo está definido". La posibilidad de una conexión entre las imágenes, el espacio y el visitante, es lo que merece la pena para la pintora. "Así, soy lo suficientemente feliz como para estar en silencio y no explicar nada más".

Obras que se sueñan, inacabadas en la mente..."Existe una gran cantidad de trabajo que nunca he hecho aunque querría hacer y hay otros muchos trabajos que estoy planeando hacer. Mi imaginación se despierta y se apaga continuamente, por lo que hay un montón de obras pendientes". Siempre puede volver a empezar.

Karin Kneffel
Lo que ocurre cuando alguien se para delante de una de las imágenes de Kneffel es algo que solo ese alguien sabe. Ella empapa el lienzo, lo demás, como con cualquier pieza de arte, llega. La artista no cree que deba dar un mensaje, pero sí tiene un deseo: "No debe haber ninguna relación entre el tiempo que tardo en terminar un cuadro y el tiempo en que el espectador le dedica a mirarlo. Pero poder dedicarle el tiempo suficiente a mis obras es la condición más importante para sentir, ver y experimentar".Karin Kneffel
¿Cuánto tiempo es el suficiente para Kneffel? "El primer segundo delante del lienzo sucede casi una semana después desde que decido que voy a pintarlo". La artista reflexiona acerca de lo que va a hacer, "y esto me lleva su tiempo". No todo lo que después aparece sobre la tensa tela es lo que ella había planeado con anterioridad, "pero el primer segundo es, en cierto modo, lo que me va a llevar al cuadro final, al momento en que está acabado".Karin Kneffel
A Kneffel, que inauguró su exposición este jueves por la mañana, el estado actual del mundo la asusta. "Y lo que es más preocupante es que yo no puedo cambiar nada de él en lo relativo a condiciones sociales, económicas y políticas". Cree que, "los restos" que van quedando de siglos pasados, son a menudo obras de arte. "La gente va a los museos sobre el mundo del antiguo Egipto, el Renacimiento, lo que quieran...y lo que ve en esas exposiciones, cada cuadro, de cada estilo, ya sea abstracto o hiperrealista, es parte de aquel mundo político y económico y social". Pero para ella, el arte es algo más: "Una metamorfosis de la realidad con todo el poder y la inseguridad que ésta nos genera".Karin Kneffel

Karin Kneffel fue presentada por primera vez en Galicia en 2006, ahora, 41 piezas hacen un recorrido por los últimos años de la artista, volcados en sugerir y plasmar detalles en una obra realista que se acerca de forma sutil al barroco. A lo largo de su trayectoria artística, Kneffel ha abordado temas propios de la pintura costumbrista, con paisajes, representaciones de animales, bodegones o interiores con la motivación de hacer que lo aparentemente familiar y cotidiano se convierta en inédito a ojos del público. Partiendo de un objeto visible, transforma su realidad objetiva en una nueva realidad que nace de la mirada y la conciencia de la artista.

Sus obras muestran la privacidad del interior de una casa, en la arquitectura, inspirándose en las casas construidas por Mies van der Rohe, o en la propia naturaleza, pintando jardines que se ven a través de cristales empañados y sobre los que ha dibujado con el dedo o se deslizan gotas de lluvia.

Kneffel incluye con cierta frecuencia, en sus obras más recientes, fotogramas de largometrajes del cineasta Alfred Hitchcock, entre los que figuran The Man Who Knew Too Much, Sabotage o Torn Curtain.

La exposición, que estará abierta al público hasta el próximo 8 de febrero de 2015, también incluye una revisión de otros dos grandes temas en el trabajo de Kneffel: las pinturas de fruta y las pinturas de fuego. Bajo este último epígrafe se cobija la pieza más antigua de la exposición, que data de 1996. La selección también incluye un grupo de pequeñas pinturas con seres humanos, de 2005, y tres pequeñas piezas de pescadores del año 2003.