Editorial

El rayo que no cesa

El repunte de crímenes machistas en verano obliga a revisar con urgencia los planes vigentes

El verano no solo no ha supuesto una tregua en la tendencia alcista que presentaba la estadística de violencia machista, sino que la ha agravado. Catorce mujeres muertas, el doble de las registradas el año pasado, justifica que las instituciones encargadas de luchar contra este rayo que no cesa se sienten a revisar sus políticas. En lo que va de año se han registrado ya 41 víctimas. La ministra Ana Mato ha anunciado que convocará a las fuerzas políticas para revisar la situación. Bienvenida sea la iniciativa, pero el Gobierno debe acreditar que está dispuesto a consensuar un plan de acción y p...

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El verano no solo no ha supuesto una tregua en la tendencia alcista que presentaba la estadística de violencia machista, sino que la ha agravado. Catorce mujeres muertas, el doble de las registradas el año pasado, justifica que las instituciones encargadas de luchar contra este rayo que no cesa se sienten a revisar sus políticas. En lo que va de año se han registrado ya 41 víctimas. La ministra Ana Mato ha anunciado que convocará a las fuerzas políticas para revisar la situación. Bienvenida sea la iniciativa, pero el Gobierno debe acreditar que está dispuesto a consensuar un plan de acción y poner los medios necesarios para aplicar las medidas que se acuerden.

Hay dos frentes en los que actuar. En primer lugar, mejorar los mecanismos de coordinación entre las instituciones, y muy especialmente entre las fuerzas de seguridad, los juzgados y los servicios sanitarios. El nuevo protocolo para que la policía y los juzgados compartan información puede mejorar la protección de las mujeres que denuncian, facilitando una mejor evaluación del riesgo, un aspecto en el que se han observado importantes carencias.

Pero hay que tener en cuenta que solo una de cada cuatro mujeres asesinadas había acudido a los juzgados y que sigue disminuyendo el número de denuncias que se presentan. El segundo gran campo de actuación es pues el de la prevención precoz, un ámbito en el que resulta mucho más difícil encontrar medidas eficaces. Se trata de detectar los posibles casos de riesgo de forma más temprana. En cualquier caso, poner diques de contención exige una red tupida de servicios, además de campañas destinadas a dar poder a las mujeres y generar nuevos modelos de masculinidad. Y hay algo que el Gobierno puede hacer de inmediato: restablecer los presupuestos que la crisis ha recortado.

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