Cartas al director

Rapidez y eficacia de la justicia

A las palabras de Eduardo Torres-Dulce en el artículo publicado en EL PAÍS el 28 de agosto “... una justicia tardía no satisface a nadie...”, se podría añadir que no desanima a potenciales delincuentes. En 1997 el Tribunal de Cuentas Europeo detectaba “irregularidades” importantes en el uso de fondos de la Unión Europea en varios países, incluida España. Un control in situde los proyectos españoles en los que he participado con funcionarios de la Comisión de la UE confirmaba las irregularidades. La justicia española tardó hasta 2013 en abrir el proceso contra los acusados y me llamaro...

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A las palabras de Eduardo Torres-Dulce en el artículo publicado en EL PAÍS el 28 de agosto “... una justicia tardía no satisface a nadie...”, se podría añadir que no desanima a potenciales delincuentes. En 1997 el Tribunal de Cuentas Europeo detectaba “irregularidades” importantes en el uso de fondos de la Unión Europea en varios países, incluida España. Un control in situde los proyectos españoles en los que he participado con funcionarios de la Comisión de la UE confirmaba las irregularidades. La justicia española tardó hasta 2013 en abrir el proceso contra los acusados y me llamaron a mí como testigo. El Juzgado de lo Penal, finalmente, condenó a los acusados por delito continuado de fraude a los presupuestos de las Comunidades Europeas.

Menos mal que las pruebas de la Comisión y Tribunal de Cuentas Europeos no han desaparecido y los testigos “hemos sobrevivido”.— Hendrik Fehr. Exdirector del Tribunal de Cuentas Europeo, Luxemburgo.

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