Un cuerpo hecho de aire
FOTO: Sandra Pereznieto
El más con menos se está convirtiendo en el arranque de numerosos proyectos, sobre todo entre las intervenciones temporales. Es importante que sea así: que el ingenio supere al derroche en los montajes expositivos para que, además de actuar con sensatez, el medio expuesto refuerce el mensaje cultural: una defensa de lo bien hecho no puede mostrarse desde el descuido presupuestario.
Así están acostumbrados a trabajar ...
FOTO: Sandra Pereznieto
El más con menos se está convirtiendo en el arranque de numerosos proyectos, sobre todo entre las intervenciones temporales. Es importante que sea así: que el ingenio supere al derroche en los montajes expositivos para que, además de actuar con sensatez, el medio expuesto refuerce el mensaje cultural: una defensa de lo bien hecho no puede mostrarse desde el descuido presupuestario.
Así están acostumbrados a trabajar Clara de Solà-Morales y Eduardo Cadaval cuando montan exposiciones: con imaginación, ingenio y recursos. Hace un par de meses, para conmemorar el 25º aniversario del Premio Internacional Cataluña y, sobre todo, para dar visibilidad al premio, los arquitectos recibieron el encargo de firmar un espacio diferenciado (acotado, iluminado y resistente al agua) en el jardín del Palau Robert de Barcelona. Con un mínimo montaje y con pocos materiales debían conseguir gran visibilidad. Su respuesta consistió en diseñar un cuerpo de aire.
El pabellón es básicamente eso, un espacio encerrado o un cuerpo hecho de aire; un sistema simple, transportable y fácilmente reproducible de muy bajo coste, localizado en el punto central del jardín del centro. Por cada uno de los 25 premios ya concedidos (el 26º a Desmond Tutu no se había fallado), los arquitectos idearon un panel. Otros paneles recogían información sobre el premio y los jurados. Un único tubo que formaba un círculo en la parte superior e inferior de los paneles, y servía de estructura.
Así, los paneles se articularon formando una estrella abierta “cuya geometría invita a cruzar y permite una relación directa entre el interior y el exterior”, explican los arquitectos. Esa relación acerca la información a los árboles del jardín y emplea la ciudad como telón de fondo.
Coste por metro cuadrado según arquitectos: 115 euros.