Cartas al director

¿Tenemos futuro todavía?

Cuánta sensatez contienen las reflexiones de Marina Garcés en su artículo del pasado día 4 acerca de los estudiantes bien preparados, a los que caracteriza por la autonomía y el criterio propio, además de conocimientos y capacidad crítica. Qué frustración la de muchos profesores universitarios que no pueden hacer esto, porque, además, los estudiantes tampoco se lo demandan. A mediados del siglo XX, en las escuelas nos educaban en la obediencia, pero en la actualidad no hemos avanzado mucho cuando nos impulsan a la...

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Cuánta sensatez contienen las reflexiones de Marina Garcés en su artículo del pasado día 4 acerca de los estudiantes bien preparados, a los que caracteriza por la autonomía y el criterio propio, además de conocimientos y capacidad crítica. Qué frustración la de muchos profesores universitarios que no pueden hacer esto, porque, además, los estudiantes tampoco se lo demandan. A mediados del siglo XX, en las escuelas nos educaban en la obediencia, pero en la actualidad no hemos avanzado mucho cuando nos impulsan a la más absoluta dependencia. No hablemos de lo que nos exige el mundo laboral para poder mantener el puesto de trabajo: fidelidad y entrega total a las empresas, aguantarse con sueldos de miseria, dedicar las horas que sean precisas para cubrir incluso la carencia de plantilla necesaria, etcétera. Si hablamos de Europa, ¿qué otra cosa piden más que la total sumisión a sus directrices de austeridad, empobrecimiento y sometimiento como si no hubiera otra alternativa posible? Nos hemos acostumbrado ya a ello, desgraciadamente. El mal lo tenemos dentro; sí, en el nivel secundario, universitario, laboral, económico y político. Sometidos y colonizados por doquier, ¿nos queda todavía futuro?— Julián Arroyo Pomeda.

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