Mariano, páter familias

Rajoy dice que en la familia se aprende que “por muy duras que sean las discusiones, nunca se pueden romper los lazos”. Ahora me cuadra todo. Apuesto a que ha sido el CNI el que ha enviado a Rosa Benito a reencontrase con Amador Mohedano

Mariano Rajoy durante una ofrenda al Apóstol de la Catedral de Santiago.DIEGO CRESPO (EFE)

Queridos hermanos, ¿no estamos en mayo, el mes mariano por antonomasia, signifique lo que signifique antonomasia, que ni lo sé ni me importa, pero queda superculto puesto así, a voleo, en cualquier contexto? Al grano, que me ramifico más que los brazos de Esperanza Gracia anunciando su consultoría de capital-riesgo. ¿No es este el mes de las rosas? ¿El de la exaltación del amor a los progenitores? ¿El del día de la madre que nos parió a cada uno de nosotros, dicho sea con el debido respeto al alumbramiento, ya sea por donde yo te diga o por cesárea programada, que es más fino?...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Queridos hermanos, ¿no estamos en mayo, el mes mariano por antonomasia, signifique lo que signifique antonomasia, que ni lo sé ni me importa, pero queda superculto puesto así, a voleo, en cualquier contexto? Al grano, que me ramifico más que los brazos de Esperanza Gracia anunciando su consultoría de capital-riesgo. ¿No es este el mes de las rosas? ¿El de la exaltación del amor a los progenitores? ¿El del día de la madre que nos parió a cada uno de nosotros, dicho sea con el debido respeto al alumbramiento, ya sea por donde yo te diga o por cesárea programada, que es más fino? Pues eso. Desde aquí os emplazo, creyentes, agnósticos y ateazos: venid y vamos todos con flores a Mariano.

¿Que qué Mariano? Hijos de mi vida, con tanta final histórica estáis a por esféricos y hay que explicároslo todo. Pues Mariano, Mariano: a secas. El calvo de Forges no, que acaba de cumplir 50 tacos y está el pobre sopesando si pide o no hora en Svenson para reforestarse el cartón y capear la pitopausia. Hablo del presidente. Del líder. De ese señor que llama al pan, pan; al vino, vino; y al aborto, asunto. Porque sí, incrédulos, agoreros, cenizos: vale que lo del paro aún está pendiente de que San Isidro, la Virgen del Rocío y Santa Teresa cuadren agendas y se pongan una tarde a ello, pero en La Moncloa ya se ha obrado un milagro. Ahora resulta que Mariano Rajoy, ese padre de la patria, es el nuevo páter familias por antonomasia —¿ves cómo la sinécdoque funciona?—, según acaba de autoproclamarse en un vídeo pagado por todos que ríete tú de las homilías de DJ Rouco Varela con el homo obispus Reig Plà de telonero.

Que hay que dignificar, visibilizar y promover la familia, declama, dramático, el presidente, como si a los papás, las mamás y los niños les tiraran piedras los antisistema. Que les desahucien, les corten la luz y coman pan con pan por culpa de la herencia de Zapatero es una cosa. Pero de ahí a que les echen en cara ser una familia como está mandado va un mundo. En un extremo estaremos de acuerdo, Mariano: cada uno es de su padre y de su madre. O al menos de su óvulo y su espermatozoide, porque desde que los de la Dexeus se empeñaran en traer a España todo ese invento de la reproducción asistida, la fecundación in vitro y los niños probeta, empezamos a mezclar peras con manzanas, que dice la alcaldesa Botella, y así no hay quien se aclare.

Porque vamos a ver, Mariano, ¿de qué familias estás hablando? ¿De las monoparentales? ¿De las homosexuales? ¿De las reconstituidas? ¿De las biológicas? ¿De las políticas? Dices en tu vídeo que es en la familia donde se aprende que “por muy duras que sean las discusiones, nunca se pueden romper los lazos” entre las personas. Y es ahora cuando me cuadra todo. Apuesto a que ha sido el CNI y no Vasile el que ha enviado a Rosa Benito a reencontrase con Amador Mohedano en la isla de Supervivientes con la misión secreta de recuperar para la marca España a ese matrimonio por antonomasia que, por mucho que discuta, se ve a la legua que se quiere, se cuida y se respeta.

Sobre la firma

Archivado En