Cartas al director

Niñas raptadas en Nigeria

Qué estamos haciendo, como humanidad, los habitantes del planeta ante el secuestro y las reiteradas violaciones de más de 200 jóvenes en Chibuk, Nigeria? En nombre de lo más sagrado del ser humano —la dignidad y la libertad— yo invoco desde estas líneas a las fuerzas de todos los Estados que contemplan en sus leyes la defensa de los derechos humanos en ellas vulnerados. Está claro que juntos podemos rescatar a nuestras hermanas, hijas, sobrinas..., incluso madres, de las manos de sus energúmenos secuestradores. ¡Hagamos algo todos! ¡Juntos sí podemos! Unámonos a la ONU y a las ONG internaciona...

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Qué estamos haciendo, como humanidad, los habitantes del planeta ante el secuestro y las reiteradas violaciones de más de 200 jóvenes en Chibuk, Nigeria? En nombre de lo más sagrado del ser humano —la dignidad y la libertad— yo invoco desde estas líneas a las fuerzas de todos los Estados que contemplan en sus leyes la defensa de los derechos humanos en ellas vulnerados. Está claro que juntos podemos rescatar a nuestras hermanas, hijas, sobrinas..., incluso madres, de las manos de sus energúmenos secuestradores. ¡Hagamos algo todos! ¡Juntos sí podemos! Unámonos a la ONU y a las ONG internacionales en su rescate. No seamos impotentes testigos de una injusticia más narrada en el telediario.— Ana Martínez Medín. Madrid.

Qué poca atención mediática en el caso de las niñas raptadas en Nigeria. En cambio, hay una gran sensibilidad cuando se habla de los desmanes —verbales— de las llamadas feministas radicales, feminazis, etcétera.

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La misma poca atención histórica que se ha dedicado y que se dedica a las violaciones sistemáticas de mujeres en países en guerra, violaciones realizadas tanto por las tropas en guerra como por las que los demás países envían para pacificar o ejercer un cierto control.

Ya sé que la violencia del hombre contra el hombre es un lamentable hecho habitual, pero ha habido avances en el tema de la esclavitud, en los derechos humanos, etcétera, y, sin embargo, la violación sigue siendo un delito menor.— Ana Isabel Arambilet Merino. Barcelona.

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