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Así se fabrica un fetiche

Un exigente proceso desde la dura sala de pruebas hasta el mimo del empaquetado

En el laboratorio se somete al prototipo a pruebas extremas: desde ver cuánto aguanta hasta que se parte en dos hasta equiparar la abrasión de la suela a la resultante de arrastrar el zapato 40 metros tirado por un coche. Solo los que superan todo llegan a la cadena de montaje.CARLOS SPOTTORNO
Las de cocodrilo, pitón o avestruz se han abierto un hueco importante en las casas de lujo. Las primeras provienen de una granja de estos reptiles en Singapur. Para un par se emplean dos ejemplares, uno por zapato; solo se utiliza la piel del vientre. Su resistencia es superior a otros materiales.CARLOS SPOTTORNO
El 'atelier' de Louis Vuitton, en Fiesso D’Artico, cerca de Venecia, acoge a unos 620 empleados. En cada taller –hombre, mujer, mocasines y zapatillas– se aprovecha la luz solar a través de paneles translúcidos y una rejilla metálica que envuelve el edificio (y lo protege de miradas ajenas). Los suelos son de madera. “Absorbe el ruido y es más cómodo para los trabajadores”, explican. De igual manera, unos enormes tubos metálicos aspiran los olores y regeneran el aire constantemente.CARLOS SPOTTORNO
La secuencia dentro de la cadena de montaje es loq ue más recuerda a otras fábricas... hasta que se repara en los detalles manuales: diminutos clavos en lugares estratégicos, los tornillos de refuerzo del tacón, el cosido de la etiqueta interior a mano, los pigmentos y abrillantadores naturales... Es el temperamento diferencial de Louis Vuitton. CARLOS SPOTTORNO