El despilfarro de la corrección política
Los que amamos a los animales nos alegramos de todo avance que suponga una mejora en el bienestar animal, tanto en instalaciones públicas como privadas. Deseamos lo mejor para los delfines y las restantes especies que habitan el zoo.
Sin embargo hemos de hacer notar que los conceptos de “cuidado y manejo” no están contrapuestos al concepto de exhibición sino que, como ha expresado la propia presidenta del zoo, la señora Recasens, son “otra forma de exhibición”.
Por tanto, consideramos que el esfuerzo económico (10 millones de euros) a pagar por todos los ciudadanos de Barcelona p...
Los que amamos a los animales nos alegramos de todo avance que suponga una mejora en el bienestar animal, tanto en instalaciones públicas como privadas. Deseamos lo mejor para los delfines y las restantes especies que habitan el zoo.
Sin embargo hemos de hacer notar que los conceptos de “cuidado y manejo” no están contrapuestos al concepto de exhibición sino que, como ha expresado la propia presidenta del zoo, la señora Recasens, son “otra forma de exhibición”.
Por tanto, consideramos que el esfuerzo económico (10 millones de euros) a pagar por todos los ciudadanos de Barcelona para hacer “políticamente correcta” esta exhibición de delfines resulta cuando menos escandaloso en tiempos de recortes y avance de la pobreza. Suprimir gradas por un circuito a pie y un sistema de proyección 4D donde pueda verse el “cuidado y manejo” de los delfines es un costoso eufemismo para una sociedad en crisis.
Así mismo nos preocupa el afán de la iniciativa pública por monopolizar el sector de la exhibición de animales. El ataque a los circos, el cuestionamiento de la integridad de los delfinarios y el triunfalismo en las cuentas de visitantes al zoo desde que el Ayuntamiento prohibió los circos con animales, nos ponen en guardia sobre las intenciones hegemónicas de algunos de nuestros servidores públicos.— Rafa Arencón Edo. Grup de Treball en Defensa del Circ amb Animals.