Vicent Cassel, de vuelta de todo

El feo más guapo del cine europeo actual estrena nueva versión de ‘La bella y la bestia' y protagoniza la portada de ICON, que se entrega este jueves con EL PAÍS Aunque tenga pinta de bruto, confiesa sentirse como una bella de hermosos pechos

La camiseta es de Haider Ackermann; el pantalón, de Paolini; la manta y el vaso, imprescindibles, de Hermès.Pablo Estévez & Javier Belloso

Vincent Cassel es testosterona adormecida. Ligera resaca en una mañana invernal. Ojos transparentes que sobresalen de una cara angulosa. Perfecta politesse, pero también un ligero resquemor a flor de piel. Es un puñetazo en la mesa y dos patadas contra el suelo cuando no se acuerda de un nombre. “¿Cómo se llama esa actriz que es como Robert De Niro pero en mujer?”. ¿Meryl Streep? “¡Ella!”. Cassel es un cuerpo de metro ochenta y seis tumbado en un minúsculo sofá sobre el que no dejará de moverse, oscilando entre tres posiciones que alternará con cierta metodología:

1) apoyado so...

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Vincent Cassel es testosterona adormecida. Ligera resaca en una mañana invernal. Ojos transparentes que sobresalen de una cara angulosa. Perfecta politesse, pero también un ligero resquemor a flor de piel. Es un puñetazo en la mesa y dos patadas contra el suelo cuando no se acuerda de un nombre. “¿Cómo se llama esa actriz que es como Robert De Niro pero en mujer?”. ¿Meryl Streep? “¡Ella!”. Cassel es un cuerpo de metro ochenta y seis tumbado en un minúsculo sofá sobre el que no dejará de moverse, oscilando entre tres posiciones que alternará con cierta metodología:

1) apoyado sobre el respaldo con indolencia;

2) con la columna erguida y una pierna plegada bajo la otra;

3) agarrado a su apoyabrazos mientras gesticula con vehemencia con la mano que le queda libre.

La cita es en un estudio fotográfico a dos pasos del Canal Saint-Martin. El actor se ha presentado con el retraso justo para marcar caché, pero sin resultar maleducado. En el exterior, familias jóvenes y decididamente bobos (así llaman los parisienses a su tribu urbana por excelencia, los bourgeois bohèmes) caminan sobre un pasado obrero que ya parece remoto, empujando sus carritos de bebé entre librerías de arte, tiendas de diseño y camareros imbéciles. En una acera, un restaurante camboyano prepara las mesas para el almuerzo. En la de enfrente, lánguidas dependientas de American Apparel miran al vacío durante una pausa para fumar.

Podrás leer el resto de esta historia mañana, 6 de marzo, en el cuarto número de ICON, gratis con 'El País'. La revista estará a la venta, de forma independiente, el resto del mes por 3 euros.

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