La frontera más desigual del mundo
Para un español del norte, Ceuta es una gran sorpresa. En Ceuta, como en Melilla, se encuentra la frontera más desigual del mundo. Según el FMI, a este lado de la valla el PIB por habitante es de 30.000 dólares, al otro, de 3.000, pero no hace falta conocer este dato para comprobar esa terrible desigualdad. Todos los días al amanecer multitud de personas, especialmente mujeres, salen andando desde Marruecos hacia Ceuta para transportar en grandes petates a sus espaldas productos básicos que es difícil encontrar a buen precio en su país. Por sus tres o cuatro portes diarios apenas lograrán gana...
Para un español del norte, Ceuta es una gran sorpresa. En Ceuta, como en Melilla, se encuentra la frontera más desigual del mundo. Según el FMI, a este lado de la valla el PIB por habitante es de 30.000 dólares, al otro, de 3.000, pero no hace falta conocer este dato para comprobar esa terrible desigualdad. Todos los días al amanecer multitud de personas, especialmente mujeres, salen andando desde Marruecos hacia Ceuta para transportar en grandes petates a sus espaldas productos básicos que es difícil encontrar a buen precio en su país. Por sus tres o cuatro portes diarios apenas lograrán ganar tres euros al día, 90 al mes, 1.000 al año. Y detrás, en una escala aún inferior, los subsaharianos. Los más fuertes y jóvenes de su país escapando de la miseria a una tierra de promisión que los rechaza. Se instalarán vallas cada vez más altas, colocaremos más policía vigilando, firmaremos nuevos acuerdos internacionales, aprobaremos legislaciones restrictivas y a pesar de todo ello volverán, porque en realidad no vienen, huyen, y el ser humano siempre ha buscado un lugar mejor para vivir. Aunque vaya la propia vida en ello.— F. Javier Díez Morrás.