El aborto en Suiza
Junto al malogrado resultado de la consulta popular sobre la emigración en Suiza, también se pidió la opinión del electorado sobre un tema referido al aborto. En 2002 el Parlamento suizo aprobó por gran mayoría la ley de plazos (Fristenlösung), según la cual una mujer es libre de decidir sobre la interrupción del embarazo dentro de las primeras 12 semanas. El procedimiento está cubierto por el seguro médico obligatorio.
Recientemente, grupos de la derecha parlamentaria presentaron una iniciativa que también fue sometida a votación el fin de semana pasado. Esta no contestaba la ...
Junto al malogrado resultado de la consulta popular sobre la emigración en Suiza, también se pidió la opinión del electorado sobre un tema referido al aborto. En 2002 el Parlamento suizo aprobó por gran mayoría la ley de plazos (Fristenlösung), según la cual una mujer es libre de decidir sobre la interrupción del embarazo dentro de las primeras 12 semanas. El procedimiento está cubierto por el seguro médico obligatorio.
Recientemente, grupos de la derecha parlamentaria presentaron una iniciativa que también fue sometida a votación el fin de semana pasado. Esta no contestaba la ley de plazos, sino que proponía excluir la interrupción del embarazo de la cobertura del seguro médico, ya que tratándose de un hecho voluntario (el embarazo a término también lo es), las mujeres sometidas a este procedimiento lo tendrían que pagar de su bolsillo. La iniciativa fue rechazada por un 69,8% de votos.
Es interesante constatar que, tanto en el 2002 como ahora, la Iglesia católica suiza no hizo ningún comentario oficial ni se manifestó públicamente a este respecto, como tampoco lo hizo cuando se aprobó el matrimonio entre homosexuales. Esta actitud de respeto ante las leyes civiles contrasta con la posición de la Iglesia oficial en España y sobre todo de la conferencia episcopal (aquí también hay una junta semejante) condenando duramente el aborto y las bodas gais. En Suiza, un país de tradición más bien conservadora, opiniones como algunas de las formuladas por prelados de aquella institución serían totalmente inaceptables.— Emilio del Pozo.