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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Una muñeca de trapo en la guerra de Siria

Esta entrada ha sido escrita por nuestro colaboradorJuan de Sola,periodista y presidente de la ONGAgareso. La foto fue publicada originalmente por ACNUR España el 13 de agosto de 2013.

Foto:ACNUR/UNHCR E. Byun.

El insoportable conflicto de Siria sigue provocando que miles de familias huyan con lo puesto, y poco más. Salir del fuego cruzado se convierte en el único objetivo de padres y madres con la finalidad de proteger la vida de los suyos, por encima de cualquier otra consideración.

En el caso de los niños, las muestras de incomprensión son múltiples y complejas de resolver. No entender por qué los mayores llegan a arrebatarse la vida los unos a los otros resulta imposible de explicar a ojos y mente de un pequeño. Es más, jamás comprenderán que es tan importante como para llegar un extremo tan letal.

Los campos de refugiados en Líbano u otros lugares colindantes al país están repletos de niños correteando y jugando en medio de las improvisadas calles de tierra con una insuperable creatividad. Ver para creer. Hacen continuas preguntas sin posibilidad de ofrecer una respuesta humanamente coherente. Y los progenitores y el resto de los miembros de la familia tratan de desviar su atención hacia otras actividades más amables y constructivas como el juego infantil: carros rudimentarios, columpios de madera, pelotas inventadas con materiales impropios y un sinfín de artesanos artículos que decoran inhóspitos lugares con enorme peculiaridad.

Tanto es así que el padre de una pequeña ingenió una muñeca con un trozo de madera, en sustitución de uno de los juguetes más solicitados por su hija. Su construcción fue una evidente muestra de talento en medio de la nada. Papá ideó el juguete y la pequeña se encargó de diseñar su vestido con unos trapos y retales encontrados en el campo. “Ahora, ya puedo volver a jugar con juguete”. Al abandonar Siria, Noura no pudo coger todas sus muñecas preferidas. Con siete años de edad reconoce que echa de menos su casa, su habitación donde guardaba todas las cosas y, en especial, a todas sus amigas con las compartía horas y horas de juego.

En estos momentos, a pesar de la triste escena que está obligada a soportar, vivir como una refugiada lejos del lugar de origen, ella presume de una familia que logra mantener intacta su dignidad infantil.

La cara más dura de la esperanza

Esta es solo una de las 35 de historias recogidas en diferentes escenarios donde la pobreza y la desigualdad social son imperturbables, y que conforman el libro La cara más dura de la esperanza. Retrata los primeros pasos y proyectos de la ONG Agareso. Desde el Magreb, pasando por Latinoamérica y regresando a España, profundizamos en la realidad de las mujeres, los inmigrantes y los niños en Marruecos.

Relatos en primera persona compilados a lo largo de cinco años de periodismo en diversos contextos como Marruecos, Ecuador o España en los que las injusticias sociales son el principal límite del desarrollo de mujeres, hombres y niños.

El libro ha sido publicado por la editorial El Taller del Poetaque, en la actualidad, colabora en proyectos solidarios en la cárcel de Almería a través la promoción de la lectura y dotación de materiales en la biblioteca. Sus acciones relacionadas con la solidaridad igualmente se extienden al respaldo de escritores, sin recursos, en la edición y publicación de sus obras.

Adquiriendo este libro contribuyes a fomentar la divulgación de un trabajo repleto de voces anónimas abordadas por la pobreza en sus vidas y a dar continuidad a la práctica de un periodismo social comprometido con la denuncia social, los derechos humanos y la solidaridad.

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