El ejemplo europeo

Ahora que la Unión Europea empieza a salir de la crisis económica, rivales impensables poco tiempo atrás empiezan a cosechar frutos inesperados. Rusia se alía con dos férreas dictaduras, Kazajistán, cuyo líder lleva más de 20 años en el poder, y Bielorrusia, único país expulsado del Consejo de Europa por su continua violación de los derechos humanos. No es una buena tarjeta de presentación, pero la libre circulación de bienes, servicios, trabajadores y dinero no entiende de democracia ni de libertades ciudadanas. No les importa si los principales beneficiarios son ciudadanos o súbditos. El pre...

Ahora que la Unión Europea empieza a salir de la crisis económica, rivales impensables poco tiempo atrás empiezan a cosechar frutos inesperados. Rusia se alía con dos férreas dictaduras, Kazajistán, cuyo líder lleva más de 20 años en el poder, y Bielorrusia, único país expulsado del Consejo de Europa por su continua violación de los derechos humanos. No es una buena tarjeta de presentación, pero la libre circulación de bienes, servicios, trabajadores y dinero no entiende de democracia ni de libertades ciudadanas. No les importa si los principales beneficiarios son ciudadanos o súbditos. El presidente de Ucrania ha girado sus preferencias, pese a la demostrada oposición ciudadana y al ruego horrorizado de Bruselas, hacia ese remedo de añorado Comecon donde la auténtica triunfadora es Rusia. Mientras tanto, una unión monetaria ha nacido en la Comunidad Económica del África del Este donde cinco países han decidido ceder gran parte de su soberanía y acuñar una nueva moneda común en los próximos 10 años. La Unión Europea debe observar estos fenómenos como oportunidad, reto y acicate para superar sus problemas en un espíritu de colaboración con estas nuevas entidades.— Luis Peraza Parga.