Cartas al director

Gestión eficaz, no privatización

Precarización, temporalidad, externalización e incremento de autónomos forman parte de la estrategia liberal de volcar el riesgo empresarial sobre los trabajadores. La empresa tradicional arriesgaba un capital (y una idea) para obtener un beneficio, para el propio empresario, para los trabajadores y para la economía productiva. Ahora se pretenden eliminar los riesgos y compromisos del inversor y que los trabajadores pierdan su trabajo si la inversión no genera suficientes beneficios.

Por eso privatizar un servicio público es dudosamente rentable: el ahorro en costes directos del servici...

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Precarización, temporalidad, externalización e incremento de autónomos forman parte de la estrategia liberal de volcar el riesgo empresarial sobre los trabajadores. La empresa tradicional arriesgaba un capital (y una idea) para obtener un beneficio, para el propio empresario, para los trabajadores y para la economía productiva. Ahora se pretenden eliminar los riesgos y compromisos del inversor y que los trabajadores pierdan su trabajo si la inversión no genera suficientes beneficios.

Por eso privatizar un servicio público es dudosamente rentable: el ahorro en costes directos del servicio se traduce fácilmente en un posible empeoramiento de la calidad de la prestación, y se dejan de percibir los “retornos sociales”: la parte del coste que va a beneficios empresariales paga menos impuestos, la que va a salarios ingresa también menos impuestos y se reducen los de la Seguridad Social.

Sin entrar en la nefasta caída del consumo entre los trabajadores, si se hicieran cuentas, estas tirarían por tierra cualquier proyecto de privatización. Si se quiere eficiencia en servicios públicos solo hay que gestionarlo eficazmente, y eso, si se quiere, se puede hacer desde lo público.— José M. Casermeiro Castro.

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