Cartas al director

Todo es contra el mensajero

Indignación es lo que me ha producido el artículo Jubilar a los espías de Vargas Llosa del domingo 14. No puede pasarse de la raya, como lo está haciendo al tratar de justificar la ilegalidad y la inmoralidad del espionaje masivo de los norteamericanos al mundo entero, incluidos sus amigos. Todo es contra el mensajero, contra Snowden, y de paso contra Assange, Manning, Ellsberg, Falciani, garganta profunda, es decir, contra aquellos que denunciaron graves y masivas violaciones de la ley. Nada dice Vargas Llosa de llevar ante los tribunales a los delincuentes, desde los fontan...

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Indignación es lo que me ha producido el artículo Jubilar a los espías de Vargas Llosa del domingo 14. No puede pasarse de la raya, como lo está haciendo al tratar de justificar la ilegalidad y la inmoralidad del espionaje masivo de los norteamericanos al mundo entero, incluidos sus amigos. Todo es contra el mensajero, contra Snowden, y de paso contra Assange, Manning, Ellsberg, Falciani, garganta profunda, es decir, contra aquellos que denunciaron graves y masivas violaciones de la ley. Nada dice Vargas Llosa de llevar ante los tribunales a los delincuentes, desde los fontaneros que han instalado las escuchas hasta los que les mandan, Obama incluido. Lástima de Garzón y la justicia universal. Vargas Llosa admite que ya estamos vigilados por el Gran Hermano orwelliano y, lo que es peor, que le parece bien que así sea para prevenir mayores desgracias. Pues conmigo y otros cuantos, que no cuente.— Manuel Gómez de Parada Martín-González. 

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