Cartas al director

Mala noticia para el deporte

La desaparición de la sección de balonmano del Atlético de Madrid es una mala noticia para el deporte. Se va uno de los grandes históricos, con títulos ganados en España, en Europa y en el resto del mundo. Y se marcha por una importante deuda de casi un millón de euros frente a la Agencia Tributaria y a jugadores y proveedores. ¿Cómo se puede llegar a una dificultad financiera de tal calibre en tanto tiempo sin que nadie haga o diga nada?

Este ejemplo es solo la punta del iceberg de una peligrosa burbuja deportiva de clubs de todos los deportes, que han gastado en fichajes millonarios y...

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La desaparición de la sección de balonmano del Atlético de Madrid es una mala noticia para el deporte. Se va uno de los grandes históricos, con títulos ganados en España, en Europa y en el resto del mundo. Y se marcha por una importante deuda de casi un millón de euros frente a la Agencia Tributaria y a jugadores y proveedores. ¿Cómo se puede llegar a una dificultad financiera de tal calibre en tanto tiempo sin que nadie haga o diga nada?

Este ejemplo es solo la punta del iceberg de una peligrosa burbuja deportiva de clubs de todos los deportes, que han gastado en fichajes millonarios y en cuyos equipos, los directivos no se han adaptado a su presupuesto real de ingresos y gastos. Con la desaparición del Balonmano Atlético de Madrid, pierde el deporte y pierde la economía general por lo no recaudado y por lo que tendrá que pagar el ciudadano. Y ganan los malos gestores y los “listos” que se van de rositas por la cara. Porque, ¿nadie es el responsable de esa deuda? ¿Borrón y cuenta nueva sin culpables?

Si sumamos la deuda de clubes de fútbol y de otros deportes que sobreviven financiados con dinero público, nos llevaremos una gran sorpresa del volumen de obligación incumplida frente a las arcas del Estado. Suma y sigue en este desastre deportivo semigeneralizado de impagados que está pendiente de estallar provocando otro agujero más a las arcas de Hacienda y de la Seguridad Social.— David García.

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