Cartas al director

Cultura y nuevas tecnologías

Observé a unas quinceañeras que se habían reunido en un parque. Estaban compartiendo la música de sus dispositivos electrónicos escuchando un tema tras otro en fragmentos que no duraban más allá de unos segundos. Era todo lo que su paciencia daba de sí. Fui entonces también consciente de que lo que esta generación lee son tuits y mensajes de Whatsapp, de no más de un par de líneas, y que lo que ve son vídeos de YouTube, cuya duración como máximo es de pocos minutos. Ya no se escuchan discos, ya no se leen libros, ya no se ven películas. Se escuchan tracks, s...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Observé a unas quinceañeras que se habían reunido en un parque. Estaban compartiendo la música de sus dispositivos electrónicos escuchando un tema tras otro en fragmentos que no duraban más allá de unos segundos. Era todo lo que su paciencia daba de sí. Fui entonces también consciente de que lo que esta generación lee son tuits y mensajes de Whatsapp, de no más de un par de líneas, y que lo que ve son vídeos de YouTube, cuya duración como máximo es de pocos minutos. Ya no se escuchan discos, ya no se leen libros, ya no se ven películas. Se escuchan tracks, se leen tuits y se ven clips de vídeo. Todo es instantáneo, inmediato, efímero y a la vez insustancial, superficial, banal e intrascendente. Chistes fáciles, músicas simples y pegadizas que duran lo que una onda expansiva, vídeos graciosos o impactantes que se olvidan a los segundos de haberlos visto.— Sebastian Fernández Izquierdo.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En