Siete años de retraso

Me asomo por la ventana de mi apartamento de Alicante cuando escucho un fuerte choque de coches. Las sirenas retumban minutos después. Son varias, puesto que debe ser grave, pero la situación no parece avanzar hasta que llegan dos coches de bomberos casi veinte minutos más tarde.

Los siempre fieles morbosos empiezan a representar su papel alrededor de la escena, demasiado cerca en mi opinión. Pero esta vez no son ellos los que me cabrean, sino lo lento que parece estar yendo todo para lo grave del asunto. Y entonces recuerdo ese parque de bomberos sin finalizar a escasos minutos del acc...

Me asomo por la ventana de mi apartamento de Alicante cuando escucho un fuerte choque de coches. Las sirenas retumban minutos después. Son varias, puesto que debe ser grave, pero la situación no parece avanzar hasta que llegan dos coches de bomberos casi veinte minutos más tarde.

Los siempre fieles morbosos empiezan a representar su papel alrededor de la escena, demasiado cerca en mi opinión. Pero esta vez no son ellos los que me cabrean, sino lo lento que parece estar yendo todo para lo grave del asunto. Y entonces recuerdo ese parque de bomberos sin finalizar a escasos minutos del accidente. Y me pregunto por qué ese parque de bomberos y el cuartel de policía anexo siguen sin acabar desde hace ya siete años. Me pregunto por qué la obra de lo que sería el parque de bomberos más grande de España con un presupuesto de más de 20 millones de euros no puede ser simplemente un humilde parque de bomberos con bomberos dentro. Porque estoy segura de que la persona que quedó atrapada en su coche no necesitaba el parque de bomberos más grande del país. Necesitaba un parque activo con bomberos que hubieran llegado sin un retraso de minutos que pueden suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Vaya usted a saber cuánto tiempo más necesite el Ayuntamiento (o quiera necesitar) para acabarlo.— Irene Sevilla González.