El mundo que estamos creando

Podríamos analizar el contexto social desde una perspectiva egocéntrica, pensando que no hay más mundo que el que nos rodea. Nuestros límites geográficos son a veces demasiado cercanos como para tener una visión del mundo global y real. Existen muros físicos y psicológicos que separan a las personas y que les impiden tener una visión clara más allá de sus vidas. Nos han enseñado a vivir contemplando muros y nos han hecho creer en el capitalismo como si se tratara de un dogma del progreso, fruto de la sociedad avanzada, pero hemos olvidado nuestros orígenes y nuestra relación con el mundo que n...

Podríamos analizar el contexto social desde una perspectiva egocéntrica, pensando que no hay más mundo que el que nos rodea. Nuestros límites geográficos son a veces demasiado cercanos como para tener una visión del mundo global y real. Existen muros físicos y psicológicos que separan a las personas y que les impiden tener una visión clara más allá de sus vidas. Nos han enseñado a vivir contemplando muros y nos han hecho creer en el capitalismo como si se tratara de un dogma del progreso, fruto de la sociedad avanzada, pero hemos olvidado nuestros orígenes y nuestra relación con el mundo que nos rodea.

Cuando parece que estamos más comunicados que nunca, descubrimos que estamos solos. Las grandes multinacionales marchan a “explorar nuevos mercados” arrasando lo que encuentran de camino. Después el mercado se estabilizará, entrará en recesión y de nuevo irán a por otros lugares, las “economías emergentes”, que ofrecen oportunidades de negocio para implantar los mismos modelos económico-sociales que nos llevaron a la ruina, porque si hay algo que caracteriza al ser humano es la incapacidad de asumir sus propios errores. Vivimos en una sociedad sin capacidad de empatía con las generaciones futuras, porque solo se piensa a corto plazo.— Marta Llorens Pérez.