Cartas al director

Una admisión injusta

Cada año se presentan a la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) miles de estudiantes españoles que, bajo una gran presión y después de muchas horas de estudio, se juegan parte de su futuro. Aunque no es la mejor manera de evaluar los conocimientos adquiridos ni lo más justo, coincidirá conmigo en que sirve como un filtro y prueba de madurez.

El problema y la verdadera injusticia es que los exámenes son diferentes en cada Comunidad Autónoma y tanto en los programas de estudio como en los exámenes hay una gran diferencia de dificultad. La consecuencia, que un alumno igual de bien prepa...

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Cada año se presentan a la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) miles de estudiantes españoles que, bajo una gran presión y después de muchas horas de estudio, se juegan parte de su futuro. Aunque no es la mejor manera de evaluar los conocimientos adquiridos ni lo más justo, coincidirá conmigo en que sirve como un filtro y prueba de madurez.

El problema y la verdadera injusticia es que los exámenes son diferentes en cada Comunidad Autónoma y tanto en los programas de estudio como en los exámenes hay una gran diferencia de dificultad. La consecuencia, que un alumno igual de bien preparado sacaría diferente nota dependiendo de donde viviera.

La solución es muy clara: unificación del temario, mismos exámenes y una comisión de correctores de todas las ciudades. Esto conllevaría una mejor organización en la asignación de plazas en los grados más demandados, que es un auténtico caos. El Gobierno ha repetido que va a reformar y modificar la educación en general y el acceso a la universidad en particular. Espero que por el bien de las futuras generaciones, de España y en definitiva de la educación, esto cambie y cuanto antes mejor.— Ignacio Portero Cabriada.

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