Cartas al director

Disiento del bombero

Como habitual colaborador de este diario, y por haberme ocupado en varias ocasiones del tema, quisiera hacer constar mi rotunda discrepancia con la parte del editorial Incendios educativos del 5 de diciembre referido a la recuperación del pleno derecho a utilizar el castellano como lengua vehicular en Cataluña. Lo que va contra la sentencia del Tribunal Supremo es la inmersión lingüística misma, y el supuesto “ataque” a esta no consiste más que en el intento perfectamente justificado de hacer cumplir dicho dictamen, junto con lo que indica el sentido común. Aunque sea aburrido repetir lo obvio...

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Como habitual colaborador de este diario, y por haberme ocupado en varias ocasiones del tema, quisiera hacer constar mi rotunda discrepancia con la parte del editorial Incendios educativos del 5 de diciembre referido a la recuperación del pleno derecho a utilizar el castellano como lengua vehicular en Cataluña. Lo que va contra la sentencia del Tribunal Supremo es la inmersión lingüística misma, y el supuesto “ataque” a esta no consiste más que en el intento perfectamente justificado de hacer cumplir dicho dictamen, junto con lo que indica el sentido común. Aunque sea aburrido repetir lo obvio, habrá que insistir una vez más a la vista de dicho editorial y algunas cartas de lectores: lo que cuenta no es que al final del bachillerato los alumnos catalanes sepan mejor o peor el castellano, sino que aquellos que lo deseen tienen perfecto derecho constitucional a estudiar en esta lengua porque es la suya, porque le ven más futuro, porque les resulta más cómodo o por lo que les dé la gana.— Fernando Savater

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