Paris Hilton revoluciona La Meca con un tienda poco sagrada
El comercio de bolsos y accesorios de la heredera no es bien recibido en la ciudad del Islam Las críticas negativas hacia el negocio desata la polémica en Twitter
Es su quinta tienda en Arabia Saudí y la 42ª de su cadena en el mundo. Pero la última inauguración de Paris Hilton (Nueva York, 1981) no ha sido otra más, sino que se ha producido en La Meca, la ciudad sagrada a la que los musulmanes deben peregrinar al menos una vez en su vida. Aunque sólo se trata de un comercio de bolsos y accesorios, la asociación de la famosa y desinhibida nieta del fundador del imperio Hilton con ese destino religioso ha desatado l...
Es su quinta tienda en Arabia Saudí y la 42ª de su cadena en el mundo. Pero la última inauguración de Paris Hilton (Nueva York, 1981) no ha sido otra más, sino que se ha producido en La Meca, la ciudad sagrada a la que los musulmanes deben peregrinar al menos una vez en su vida. Aunque sólo se trata de un comercio de bolsos y accesorios, la asociación de la famosa y desinhibida nieta del fundador del imperio Hilton con ese destino religioso ha desatado la polémica... en las redes sociales.
“Me encanta la preciosa nueva tienda que acabo de abrir en el Mecca Mall de Arabia Saudí”, anunció Hilton en su cuenta Twitter (@ParisHilton) el pasado jueves. “Hay otras formas de atraer peregrinos, y si la religiosidad es tan importante, ¿por qué se permite @ParisHilton [abrir] una tienda en La Meca?”, respondió enseguida uno de los descontentos.
El debate no había hecho más que empezar. Enseguida el hashtag #parishiltonmecca dio pie para que admiradores y detractores de la celebrity se despacharan a gusto sobre su línea de productos, su éxito o su persona, más allá de la oportunidad de haber extendido su negocio a una ciudad conocida como centro de comercio desde los tiempos del profeta Mahoma. Las ventas de los productos Paris Hilton aportan a su dueña unos beneficios de 10 millones de dólares anuales, lo que contribuye a mantener una fortuna estimada en 100 millones, según therichest.org.
“¿Un insultó a La Meca? Más bien un insulto a nuestra inteligencia?”, apunta un comentario. Uno de los argumentos en contra alega que Hilton se ha hecho famosa con escándalos sobre su vida privada como un vídeo en el que aparecía haciendo el amor con uno de sus novios. “Es la heredera de la cadena de hoteles Hilton y no necesita un vídeo”, responde sin embargo un simpatizante.
Un tuitero le sugiere que ahora que tiene “una tienda en La Meca, ¿qué tal hacer campaña por los derechos de las mujeres saudíes?”
Otro tuitero le sugiere que ahora que tiene “una tienda en La Meca, ¿qué tal hacer campaña por los derechos de las mujeres saudíes?”. Pero la mayoría de los participantes toma la cuestión a broma. “Como si Channel fuera un predicador y Gucci un clérigo; ¿por qué todo este lío con Paris Hilton?”, se pregunta @Liberationtech.
Pero todo el follón no parece haber hecho mella en la “empresaria, diseñadora de moda, compositora y cantante” (así la define Wikipedia). “La vida mejora mucho cuando dejas de preocuparte de lo que piensan los demás y empiezas a vivir por ti mismo”, ha respondido en un tuit. O como dice el refrán español, “que hablen bien o mal, pero que hablen”.