Indignado desde Haití

Escribo desde Haití, un país desolado por la injusticia estructural desde su nacimiento. Desde los Duvalier, desde las invasiones norteamericanas, desde las inundaciones y el terremoto de 2010, desde el cólera, desde la arrogancia de la Comunidad Internacional —la que quiere imponer y la que no sabe cooperar—.

A esta pobreza se añade una vulnerabilidad climática extrema, el cambio climático se siente como siempre en los más pobres. Indignado escribo, de ver que el sistema depredador agrava la vulnerabilidad de los más pobres entre los pobres.

Hoy en día aún las calles siguen llen...

Escribo desde Haití, un país desolado por la injusticia estructural desde su nacimiento. Desde los Duvalier, desde las invasiones norteamericanas, desde las inundaciones y el terremoto de 2010, desde el cólera, desde la arrogancia de la Comunidad Internacional —la que quiere imponer y la que no sabe cooperar—.

A esta pobreza se añade una vulnerabilidad climática extrema, el cambio climático se siente como siempre en los más pobres. Indignado escribo, de ver que el sistema depredador agrava la vulnerabilidad de los más pobres entre los pobres.

Hoy en día aún las calles siguen llenas de escombros, y unas 400.000 personas se cobijan entre lonas, cartones y chapas horadadas. La ciudad contaminada al máximo, el modelo consumista hace que casi todo se venda en envases que no se pueden reciclar.

Hay que cambiar el modelo, un modelo estúpido, necio, en manos de unos pocos que arruinan a Haití, y a España, que hacen más vulnerables a la población de Puerto Príncipe, y a los habitantes de Pozancos en Guadalajara, a quienes usurpan el agua de su fuente.

Indignado, por Haití, por los recortes sociales, por el robo del agua de Pozancos, ¡indignado!— Fernando Almansa.