Cartas al director

El primer Orgullo no fue una fiesta

En estos días se celebra el aniversario de los disturbios de Stonewall, que supusieron un punto de inflexión en la lucha por los derechos de las personas no heterosexuales. El masivo Orgullo de Madrid ha sido considerado como “festejo popular” con doña Ana Botella de alcaldesa, que ha pasado de no querer mezclar peras con manzanas a un batiburrillo de frutas parecido a una insulsa macedonia en la que lo mismo vale un chotis que una batucada, una adoración nocturna que un club de hombres nocturnos, Empar Pineda que Belén Esteban, las gallinejas que el risotto de boletus.

Mientra...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En estos días se celebra el aniversario de los disturbios de Stonewall, que supusieron un punto de inflexión en la lucha por los derechos de las personas no heterosexuales. El masivo Orgullo de Madrid ha sido considerado como “festejo popular” con doña Ana Botella de alcaldesa, que ha pasado de no querer mezclar peras con manzanas a un batiburrillo de frutas parecido a una insulsa macedonia en la que lo mismo vale un chotis que una batucada, una adoración nocturna que un club de hombres nocturnos, Empar Pineda que Belén Esteban, las gallinejas que el risotto de boletus.

Mientras, el Partido Popular no ha retirado el vergonzoso recurso contra el matrimonio igualitario y el Tribunal Constitucional lleva siete años decidiendo si todos los españoles somos o no iguales ante la ley.

No podemos olvidar (se lo debemos a todos los que han luchado antes) que es tremendamente peligroso perder la esencia reivindicativa en un país que retrocede a pasos de gigante. Divirtámonos, pero el primer Orgullo no fue una fiesta, fue una guerrilla.— José Luis Serrano.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En