Cartas al director

Aquí me quedo

Llevo ya unos meses viviendo en Londres. Llegué, como tantos otros, no para aprender inglés esta vez, sino como emigrante.

Quién le iba a decir a nuestros abuelos, que tantos años después volveríamos a repetir sus pasos: Alemania, Francia, Inglaterra o América, donde sea, pero hemos de salir de la situación en la que nos encontramos en nuestra querida tierra.

Voy conociendo a españoles poco a poco, y todos coinciden en lo mismo: De momento, nos quedamos aquí. No es cuestión de un año o dos, tendremos que estar durante un gran periodo de tiempo.

Y no sólo por la situación e...

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Llevo ya unos meses viviendo en Londres. Llegué, como tantos otros, no para aprender inglés esta vez, sino como emigrante.

Quién le iba a decir a nuestros abuelos, que tantos años después volveríamos a repetir sus pasos: Alemania, Francia, Inglaterra o América, donde sea, pero hemos de salir de la situación en la que nos encontramos en nuestra querida tierra.

Voy conociendo a españoles poco a poco, y todos coinciden en lo mismo: De momento, nos quedamos aquí. No es cuestión de un año o dos, tendremos que estar durante un gran periodo de tiempo.

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Y no sólo por la situación económica en la que nos encontramos en España en este momento: antes, cuando las cosas iban mejor, la situación laboral de un español en su país con respecto a cualquier otro europeo, ya discernía bastante. En cuanto salimos de España nos damos cuenta de que fuera los horarios son mucho mejores, no se termina a las 20:00, ni las 20:30. Y si hay que hacer horas extras en España, es como una obligación, sin pagárnoslas.

En este país, como en tantos otros, se acaba de trabajar sobre las 17:30, y en cuanto llega la hora exacta, todo el mundo a casa, aunque se quede algo por hacer. Si por casualidad hay que echar alguna hora extra, ésta se paga. El empresario/jefe, alaba tu trabajo, te recuerda lo eficiente que eres para la empresa, y se valora mucho más la experiencia y la puesta en práctica de tus conocimientos, que los estudios, y por supuesto, los enchufes, tan populares en España.

Por eso, no es de extrañar que a pesar de la diferencia de clima, de estar lejos de nuestras familias y amigos o demás, todos (o la mayoría) decidamos quedarnos fuera de España, al menos de momento.

Según los datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) con fecha 1 de enero de 2012, somos ya 1.816.835 los que hemos decidido emigrar.

Alguien me comentó un día que oyó a alguna señora mayor preguntarse qué iba a pasar con España si toda la gente en edad de trabajar salía fuera, ya que no iba a quedar nadie para levantar el país. Puede que sea cierto, pero, si el país no nos levanta a nosotros, no nos podemos quedar sentados, tenemos que levantarnos, alzar el vuelo y buscar nuestro futuro y nuestra vida donde mejor nos convenga.— Ana Alicia Fiñana Ruiz.

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