Cartas al director

Maniqueísmo a lo Vargas Llosa

Ni al modesto notario firmante ni al excelso escritor Vargas Llosa les está vedado opinar de economía, si bien a uno y a otro conviene escuchar a los expertos no ideologizados, tampoco a los espureizados por intereses muy concretos.

Nuestro Nobel da el manotazo a su colega en premio, Paul Krugman, por decir “tonterías” respecto de la situación española, y condecora al empresario Alierta por un informe de futuro encaminado al patriótico fin de atraer inversiones.

Opiniones compatibles, la referida a una crisis bancaria concreta (deuda con el BCE de más de 260.000 millones, ingente...

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Ni al modesto notario firmante ni al excelso escritor Vargas Llosa les está vedado opinar de economía, si bien a uno y a otro conviene escuchar a los expertos no ideologizados, tampoco a los espureizados por intereses muy concretos.

Nuestro Nobel da el manotazo a su colega en premio, Paul Krugman, por decir “tonterías” respecto de la situación española, y condecora al empresario Alierta por un informe de futuro encaminado al patriótico fin de atraer inversiones.

Opiniones compatibles, la referida a una crisis bancaria concreta (deuda con el BCE de más de 260.000 millones, ingentes activos tóxicos), y la que defiende las potencialidades de una economía que, aun recesiva, es la quinta en la UE.

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De modo que si otro Zabalita preguntase “¿desde cuándo se jodió España?”, habría que responderle que desde nunca, pero que las cosas se pusieron mal desde que el Gobierno de Aznar declaró urbanizable todo el país, desde que se subpriminearon las hipotecas y desde que, no olvidemos, en el desmadre crediticio participó la banca alemana.

Si el maniqueísmo Vargas no le hiciese ignorar que nuestra deuda privada es cuatro veces más que la pública, no tildaría de “Estados benefactores” a los del modelo social europeo.

Si su empecinamiento merkeliano le permitiese contrastar su artículo del 20-5-2 con otras páginas del mismo día en EL PAÍS, vería que para variado elenco de economistas españoles —Díez, Carbó, De la Dehesa, Garicano— recortes sin estímulo es muerte; y si escuchase a Lagarde, Monti, Durão, Cameron, un Obama que saca a EE UU de la recesión, etcétera, el primer marqués de Vargas Llosa no se burlaría de Hollande cuando este propone incentivar el crecimiento.— Carlos Mª Brú. Exdiputado a Cortes y al PE.

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