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Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

“La modernidad no está en los materiales”

FOTOS: Fernando Alda

Para Ubaldo García Torrente su trabajo consiste en callarse. “En actualizar, para preservar, una forma de vida casi perdida de alto valor etnológico, perfectamente asumible y rescatable para la sociedad actual”. Por eso su intervención en un corral que visitamos en el barrio de Triana de Sevilla es silenciosa, mínima, pero capaz de dinamizar el antiguo corral “como un patrimonio vivo que no se abandona a...

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FOTOS: Fernando Alda

Para Ubaldo García Torrente su trabajo consiste en callarse. “En actualizar, para preservar, una forma de vida casi perdida de alto valor etnológico, perfectamente asumible y rescatable para la sociedad actual”. Por eso su intervención en un corral que visitamos en el barrio de Triana de Sevilla es silenciosa, mínima, pero capaz de dinamizar el antiguo corral “como un patrimonio vivo que no se abandona a la industria del turismo”.

Los corrales son comunidades de gente trabajadora que, hasta mediados del siglo pasado, ocupaban habitaciones y patios en edificios señoriales. La casa tapón era la que daba la cara en la calle y solía estar ocupada por familias de mayor renta -“muchas veces los administradores” cuenta García Torrente-, y por comercios. En el interior, las viviendas, pequeñas, tenían un espacio sin ventilación y una sala con ventana y puerta al patio por donde se accedía. Eso ha cambiado en el corral de vecinos de la Encarnación de Triana que ha rescatado García Torrente. Se trata de un proyecto de 13 viviendas catalogado como Bien de interés Cultural que, tras su intervención ha aumentado el tamaño de las casas y ha ganado nuevas fuentes de luz natural. Allí vivirán ahora tres familias cuyos antepasados habían habitado ese lugar durante generaciones y también familias que deban realojarse temporalmente. Pero además, y gracias al compromiso del Ayuntamiento hispalense de salvar el corral y convocar el concurso para remodelarlo, la ciudad salvará parte de su memoria.

La Comisión de Patrimonio no solo salvó un edificio, quiso preservar una forma de vida con un marcado sentido de la comunidad ligado a lazos espaciales. Por eso García Torrente resolvió su intervención con una sección que sacaba mayor rendimiento al espacio desplazando la cubierta original para conseguir luz y ventilación cruzada en el interior de las casas. En el exterior se ganaba, así, una entreplanta para usos secundarios. También la Casa tapón, futura sede de la Asociación vecinal de Corrales, ha sido rehabilitada. Para salvarla, hizo falta una labor arqueológica que halló en esa ruina no protegida restos de la Antigua Capilla de la Encarnación. Hoy el local es una suma de estratos: sirve, pero también habla.

“La modernidad no está en los materiales”, no se cansa de repetir el arquitecto durante la visita. Asegura que es fundamental desechar la idea de que es más barato demoler y construir de nuevo que reutilizar. “El precio de las cosas no está en su costo inmediato sino en la repercusión general de cada acción”, cuenta. Experto en restauración, considera que dar nueva vida a lo ya construido pasa por una reflexión desprejuiciada y solvente, moderna y abierta, limítrofe con actitudes científicas, sociales, antropológicas, económicas, o artísticas. “Actuar con estos métodos ha dado resultados sorprendentes como devolver la cohesión social de un vecindario. De lo estrictamente patrimonial es necesario dar un salto para abrir nuevos territorios de experimentación”, insiste García Torrente. Está convencido de que devolver la dignidad a lugares olvidados y trozos inconexos de la ciudad es un nuevo campo de actuación para los arquitectos.

Casa Tapón

Estado anterior

 

Comentarios

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Muy interesante la intervención y sobre todo el cambio de sección. En cuanto al espacio central de acceso sería curioso ver una foto de como los vecinos pasarán a ocupar y decorar ese espacio con el paso del tiempo.
Al contrario de Herzog y De Meuron, con esta obra, Ubaldo García Torrente no necesita hacer "autocritica" (post del 14 de mayo de 2012)...Ni que le hagan mas criticas...Aunque, una duda sobre lo que supone la apropriacion del espacio (Alberto B) y sobre todo la convivencia entre vecinos. Puede soportar una sociedad "moderna" espacios semi-privados compartidos? Depende de la cultura y del medio social?Al diablo con las dudas : Este trabajo concilia inteligencia, cultura y sensibilidad arquitectonica con Cultura de la Ciudad y responsabilidad social.
Me parece muy interesante el preservar esos espacios donde el límite entre lo privado y lo público adquiere nuevas formas, hay múltiples ejemplos de conjuntos habitacionales o de viviendas similares que hay que poner en valor y que tal vez precisen de actuaciones unitarias, aunque esto tal vez sea complicado cuando cada vivienda tiene un propietario diferente. En el facebook de La Urbana vamos a hacer un enlace a este estupendo artículo e incluiremos una foto de un conjunto de viviendas obreras en Vigo a la que le vendría muy bien una actuación como esta.Un saludo
¡Qué bonito ha quedado los corrales!
Para los que pensáis que es difícil la convivencia con esta tipología de viviendas, os recuerdo aún hoy muchas de ellas siguen habitadas. Desde los ochenta hasta hoy, muchos de estos corrales de vecinos de toda Andalucía han sido rehabilitados y devueltos a sus vecinos originales, incorporándose otros nuevos que fueron asumiendo poco a poco las costumbres y rutinas propias. Como anécdota, pasaros este corto, finalista en el X NoTodoFilmFest. Que lo disfrutçeis http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=09YSNOsVebM#!
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