‘Wertgüenza’
Esto es lo que se lee estos días en twitter: wertgüenza. Soy uno de los miles de opositores damnificados por el cambio de temario que —improvisada e irreflexivamente— ha aplicado a meses vista de la prueba el ministro de Educación con el fin de derogar el temario hasta ahora en vigor, aprobado el pasado noviembre por el PSOE. No ha debido de importarle que los de 1993 (válidos nuevamente) no recojan las novedades teóricas y metodológicas de las distintas especialidades. Menos nuestro dinero, tiempo y esfuerzo preparándolos, o el tiempo que resta para adaptarse. A tenor de su comparece...
Esto es lo que se lee estos días en twitter: wertgüenza. Soy uno de los miles de opositores damnificados por el cambio de temario que —improvisada e irreflexivamente— ha aplicado a meses vista de la prueba el ministro de Educación con el fin de derogar el temario hasta ahora en vigor, aprobado el pasado noviembre por el PSOE. No ha debido de importarle que los de 1993 (válidos nuevamente) no recojan las novedades teóricas y metodológicas de las distintas especialidades. Menos nuestro dinero, tiempo y esfuerzo preparándolos, o el tiempo que resta para adaptarse. A tenor de su comparecencia hoy, los “nuevos” temarios, los de 2011, no avalaban que los más cualificados consiguieran las plazas (¿por qué continuar invirtiendo en I+D+i cuando un comité de catedráticos no sabe hacer su trabajo?...).
Se les cae la boca defendiendo la educación. Pero, cuando alcanzan el poder, su máxima prioridad es modificar el modelo que heredan, eliminar todo aquello que sea accesorio para dejar lo que es “crucial”, en definitiva, imponerse mediante la revancha. Educación implica civismo, respeto. Claro, ¿para qué quieren contratar profesores con el ejemplo que están dando? Wertgüenza debería darles.— Enrique Castillo Aguilera.