Una gran potencia
África siempre está en movimiento. A pesar de lo que pueda parecer, las cosas evolucionan muy rápidamente en el continente, es parte de su vitalidad y su energía. El cambio se nota sobre todo en los jóvenes. El sector de población comprendido entre los 15 y los 24 años de edad alcanza más de un tercio en la mayoría de los países africanos y sigue creciendo. Es un gran potencial que se está convirtiendo en la mayor riqueza de África. Además, cada día estos jóvenes están mejor preparados y formados, más interrelacionados y tienen mayor conocimiento de lo que sucede en el mundo. Esto está provocando una revolución a todos los niveles de la vida africana que también repercute en el campo de la economía. Porque no podemos olvidar que, a pesar de todo, África está experimentando un fuerte crecimiento económico.
En los últimos años ha descendido la tasa de natalidad. Los jóvenes quieren familias más pequeñas y con mayor poder adquisitivo que las de sus padres. Es muy normal oír a las chicas y a los chicos, como a estos de Sudáfrica que vemos en la foto, decir: “Yo solo quiero un par de hijos para poder darles una buena educación”. Esto es un efecto directo del progreso experimentado en el campo educativo. El conocimiento y la información permiten tomar opciones y tener un mayor control de la propia vida, rompiendo, así, tradiciones y tabúes que esclavizan y condenan a la pobreza. Familias con menos miembros pueden ahorrar dinero e invertir y, al mismo tiempo, tienen la posibilidad de consumir más y mejor, lo cual repercute en el comercio y los negocios del país, contribuyendo a ese crecimiento económico del continente.
También se ha experimentado un descenso en las tasas de mortalidad infantil como consecuencia de los avances que se están produciendo en el campo de la salud. Una sanidad más asequible y cercana a la población ha provocado el aumento de la esperanza de vida en todo el continente. Esta era de solo 39 años en 1950, mientras que hoy es de 57 y se espera que alcance los 70 en 2050. El crecimiento de la población, el descenso de las tasas de fertilidad, el mejoramiento de los sistemas de salud y la universalización de la educación están teniendo como resultado una población joven bien preparada, dispuesta a trabajar e invertir en África. Estos son los mismos ciudadanos que cada día demandan más participación en la toma de decisiones políticas y económicas de sus países, contribuyendo así al asentamiento de la democracia y al mayor respeto de los derechos humanos en el continente.
África está en el buen camino, aunque todavía quede mucho por hacer. No se debe bajar la guardia en el campo de la enseñanza. Hay que seguir invirtiendo para ofrecer una educación de calidad a todos los sectores de la población, especialmente a las mujeres y a los habitantes de las zonas rurales. También hay que reforzar las instituciones civiles para que se respete el estado de derecho, se combata la corrupción y continúe afianzándose la democracia. En el fondo, lo que está en juego es una nueva África que deje atrás la imagen de pobreza, enfermedad, atraso, guerra, genocidio… y poco a poco proyecte una nueva realidad más justa para las mujeres y los hombres del continente.
Este vídeo, que muestra las dos caras posibles de África, pertenece a Africa Progress Panel, un grupo presidido por el ex Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, dedicado a incentivar el progreso. Es una de las muchas iniciativas, fruto de esta nueva mentalidad, que están surgiendo en el continente y que son expresión de ese deseo que todas las africanas y todos los africanos tienen de que las cosas cambien a mejor.