Condenado a 18,5 años el cabecilla de la banda que secuestró a un empresario de Cádiz

Cuatro condenados más y tres absueltos por el suceso

La Audiencia de Cádiz ha condenado a Luis Miguel Rodríguez Pueyo a 18 años y medio de cárcel por el secuestro del empresario de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) Rafael Ávila en junio de 2008. La sentencia lo considera el principal responsable del delito, por el que también han sido condenados otrascuatro personas a más de 10 años de cárcel. Entre ellos se encuentra...

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La Audiencia de Cádiz ha condenado a Luis Miguel Rodríguez Pueyo a 18 años y medio de cárcel por el secuestro del empresario de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) Rafael Ávila en junio de 2008. La sentencia lo considera el principal responsable del delito, por el que también han sido condenados otrascuatro personas a más de 10 años de cárcel. Entre ellos se encuentra Raúl Brey, primo del presidente del PP, Mariano Rajoy Brey. Tres personas han sido absueltas.

Pueyo reconoció en el juicio haber sido quien ideó el secuestro, por el que le han impuesto una pena de 13 años. A esta hay que sumarles las condenas por delitos contra la integridad moral y contra la salud pública. Luis Antonio Rodríguez de Souza, hijo de Rodríguez Pueyo, fue ayer puesto en libertad al ser absuelto y después de tres años en prisión.

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Raúl Brey fue el propietario de la finca de Almonte (Huelva) donde estuvo el industrial sanluqueño durante los días de cautiverio.

El cautiverio que padeció Avila durante 16 días fue en realidad un método para reunir dinero suficiente para contratar a un equipo experto que secuestrara al constructor Francisco Hernando, conocido como El Pocero.

Pueyo, que fue condenado por el caso Arny, justificó esta "desesperada" medida en una deuda contraída con un grupo inversor con sede en Londres, que le exigía el dinero bajo amenaza de muerte contra él, su hijo y su nieta.

El fiscal pedía para el acusado 28 años de prisión y 22 años para otros cinco procesados, entre ellos, el también empresario Manuel Ibáñez y Raúl Brey Ábalo.

La víctima, según el fiscal, aún padece numerosas secuelas, como "pesadillas" y "estrés postraumático" -por los que continúa necesitando tratamiento médico-, debido a las "pésimas" circunstancias en las que le mantuvieron sus secuestradores, que lo "amordazaron", "ataron" y "sedaron" con pastillas tranquilizantes.

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