Análisis:

No habrá platos rotos

Mas defiende un nuevo pacto fiscal para Cataluña, pero deja claro que no piensa abordarlo hasta 2013

Artur Mas ha demostrado en el discurso de investidura de esta mañana que va camino de conseguir la cuadratura del círculo. Ha utilizado palabras mayores para envolver su idea de que Cataluña debe poder ejercer el "derecho a decidir", pero al mismo tiempo ha dejado claro al conjunto de España que bajo su mandato no habrá platos ratos. Y es que al mismo tiempo que defendía un nuevo pacto fiscal para Cataluña, en línea con el concierto vasco, ha d...

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Artur Mas ha demostrado en el discurso de investidura de esta mañana que va camino de conseguir la cuadratura del círculo. Ha utilizado palabras mayores para envolver su idea de que Cataluña debe poder ejercer el "derecho a decidir", pero al mismo tiempo ha dejado claro al conjunto de España que bajo su mandato no habrá platos ratos. Y es que al mismo tiempo que defendía un nuevo pacto fiscal para Cataluña, en línea con el concierto vasco, ha dejado claro también que no piensa abordarlo hasta 2013, cuando haya un nuevo Gobierno en Madrid.

Y por si alguien buscaba más pruebas de que por ahora no habrá enfrentamientos, ha asegurado que no hará nada en este sentido sin buscar antes un "amplio consenso" en Cataluña. A estas alturas no es ningún secreto que ni el Partido Popular ni el Partit dels Socialistes, los dos partidos que pueden garantizarle a Convergència i Unió estabilidad parlamentaria, están por la labor.

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En términos de eficiencia, el discurso de Mas ha sido impecable. No ha cosechado grandes críticas ni de PP ni por parte del PSC y al mismo tiempo ha logrado el aplauso del presidente de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós. El líder de CiU no será investido presidente en primera vuelta, pero el discurso de hoy y los añadidos que haga a lo largo del debate fácilmente puede reportarle más abstenciones de las estrictamente necesarias para conseguir ser investido en segunda vuelta.

Tanto socialistas como republicanos están contentos porque Mas ha destacado aspectos positivos del gobierno saliente y por su voluntad de situar la lucha contra la crisis en primer plano. El PP mantiene recelos sobre las auténticas prioridades del líder nacionalista, pero su líder, Alicia Sánchez-Camacho sabe que el sentido de su voto en la investidura puede influir definitivamente para que el partido abandone definitivamente su arrinconamiento en la política catalana. Y lo más importante, puede ayudar a que CiU aparque sus hostilidades hacia Mariano Rajoy.

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