La situación en los aeropuertos

Cuatro días tirados en El Prat

Un grupo de viajeros de Avianca intenta bloquear la facturación de un vuelo a Bogotá.- La aerolínea colombiana fleta un nuevo avión para mañana

A Pedro Pablo, de 12 años, lo espera mañana un quirófano en Medellín (Colombia). Una cita programada hace más de tres meses para intervenirle una hernia hiatal y con donante incluido, pues tiene un tipo de sangre extraño en Colombia, B-. No la podrá cumplir, sin embargo. Es una de las víctimas de la cancelación del vuelo de Avianca que viajaba el sábado desde El Prat a Bogotá. Los bisturís tendrán que esperar quién sabe hasta cuándo. "No es justo", reclamaba ayer su madre, Ángeles Espinosa, entre lágrimas, mientras hacía cola ante un mostrador.

Esta es solo la historia de una de las 180...

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A Pedro Pablo, de 12 años, lo espera mañana un quirófano en Medellín (Colombia). Una cita programada hace más de tres meses para intervenirle una hernia hiatal y con donante incluido, pues tiene un tipo de sangre extraño en Colombia, B-. No la podrá cumplir, sin embargo. Es una de las víctimas de la cancelación del vuelo de Avianca que viajaba el sábado desde El Prat a Bogotá. Los bisturís tendrán que esperar quién sabe hasta cuándo. "No es justo", reclamaba ayer su madre, Ángeles Espinosa, entre lágrimas, mientras hacía cola ante un mostrador.

Esta es solo la historia de una de las 180 personas, según cifras de los mismos viajeros, que llevan en tierra cuatro días a causa del plante del viernes de los controladores, que obligó a la aerolínea colombiana, como a todas, a suspender sus operaciones. Muchos ya habían recibido, con resignación y rabia, billetes para viajar entre el 11 y el 14 de diciembre, pero al cierre de esta edición la aerolínea informó de que ha fletado un nuevo vuelo que saldrá mañana a las 8.00 de El Prat y que llevará a las 90 personas que, según Avianca, se han quedado colgadas.

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"¡AENA, Avianca, queremos soluciones!"

Ayer el aeropuerto barcelonés había recuperado la calma, aunque, según AENA, hubo 12 cancelaciones, un nivel de incidencias habitual. Los únicos que aún esperaban eran los viajeros de Avianca. Antes del mediodía los ánimos se crisparon y los pasajeros, que llevaban tres días de espera, quemados, decidieron bloquear la facturación de los recién llegados, que viajaban a las 15.30. Los recibieron con gritos de "¡AENA, Avianca, queremos soluciones!".

Los Mossos d'Esquadra tuvieron que intervenir, ante el descontento de los viajeros, y proteger los mostradores. "Nos trataron como animales, como si hubiéramos hecho algo malo. Solo reclamábamos nuestros derechos, hemos pagado una media de 1.200 euros por los billetes", aseguraba Freddy, que acompañó a su compañera, que viajaba a Cali.

"Deberíamos tener prioridad nosotros [los pasajeros que ayer llevaban tres días de espera]", se quejaba Espinosa, la madre del niño enfermo. Una petición a la que se unió Juan Antonio Marín, que pretendía viajar con su hijo, su esposa y la sobrina de esta a Pereira vía Bogotá. Marín tiró la toalla y se queda en su casa de Sant Joan Despí, pero quiere que su familia pase las fiestas en su país. "Tuvieron el descaro de llamarme ofreciéndome irme en clase business, pero a cambio de pagar 3.000 euros más. Me he gastado 140 euros este fin de semana en agua, bocadillos y parking porque de Avianca no nos han dado nada". Olga Román, otra viajera, explicaba que si cambiaba la fecha del regreso, para compensar los días perdidos, le cobraban una penalización.

Fracaso de recolocar a los pasajeros

Avianca tomó la decisión de enviar de Bogotá, sin pasajeros, una nueva nave, un Boeing B-767-200 con capacidad para 181 viajeros, ante el fracaso de su estrategia de recolocar a los viajeros en las plazas libres de otros vuelos de la compañía tanto en Barcelona como en Madrid. Como todas las aerolíneas han tenido el mismo problema, ha sido imposible negociar asientos con otras compañías que hacen recorridos similares. El enfado de los viajeros aumentó porque muchos aseguraban que no les han dado hospedaje. La aerolínea dice que sí lo ha hecho.

Después de las fiestas, auguraron los viajeros, vendrá una lluvia de demandas contra Avianca, AENA y los controladores. Una fuente de la asociación de consumidores Ceaccu explicó ayer a este diario que el mismo sábado ya recibieron 500 quejas.

Dos jóvenes cuidan de su mascota mientras sus padres intentan conseguir un billete de Avianca en el aeropuerto de El Prat (Barcelona)CARLES RIBAS

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