Castelldefels prohíbe la apertura de nuevos prostíbulos

La ordenanza de civismo persigue la prostitución callejera

Castelldefels (Baix Llobregat) quiere acabar con la proliferación de prostíbulos en su término municipal. Tras el cierre temporal de sus dos locales de alterne más emblemáticos, Riviera y Saratoga, el Ayuntamiento ha aprobado una ordenanza de civismo que persigue a prostíbulos, prostitutas y clientes.

La norma no afectará a Riviera y Saratoga -cerrados por orden judicial por una trama de corrupción que afecta a los propietarios de ambos locales-, que podrán reabrir si la juez lo permite, pero si impedirá la apertura de nuevos prostíbulos en la localidad. La ordenanza prohíbe la apertura...

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Castelldefels (Baix Llobregat) quiere acabar con la proliferación de prostíbulos en su término municipal. Tras el cierre temporal de sus dos locales de alterne más emblemáticos, Riviera y Saratoga, el Ayuntamiento ha aprobado una ordenanza de civismo que persigue a prostíbulos, prostitutas y clientes.

La norma no afectará a Riviera y Saratoga -cerrados por orden judicial por una trama de corrupción que afecta a los propietarios de ambos locales-, que podrán reabrir si la juez lo permite, pero si impedirá la apertura de nuevos prostíbulos en la localidad. La ordenanza prohíbe la apertura de locales de alterne a menos de tres kilómetros en línea recta de escuelas o lugares frecuentados por menores. El cálculo es ideal para las pretensiones municipales: no hay ninguna zona en la localidad que cumpla, a priori, estos requisitos.

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La prostitución callejera también se perseguirá. Habrá sanciones para quién ofrezca servicios sexuales en la calle y para los clientes, en una fórmula similar a la que erradica los prostíbulos: no se podrán negociar intercambios sexuales en zonas que disten dos kilómetros en línea recta de escuelas o parques infantiles. Igual que con la norma anterior, ningún punto urbano de Castelldefels reúne estos requisitos. Las multas irán de los 750 a los 3.000 euros, en función de la gravedad y la reiteración del delito.

Con estas nuevas normas y las acciones judiciales contra Saratoga y Riviera, el Ayuntamiento, dirigido por el socialista Joan Sau, pretende acabar con la prostitución en la localidad. La ordenanza de civismo también se ocupa de otros aspectos: regula la propiedad de animales domésticos; prohíbe los graffitis en lugares no autorizados; persigue los vertidos irregulares de basura y los locales con exceso de ruido; y contempla sanciones contra aquellas personas que muestren actitudes homófobas, racistas o sexistas. Las multas previstas en la ordenanza oscilan entre los 750 y los 3000 euros.

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