El general Navarro asume toda la responsabilidad de los fallos en las identificaciones del Yak-42

El capitán médico Miguel Ángel Sáez admite que no se hicieron autopsias y que las autoridades turcas no les permitieron tocar los cuerpos

Los cuatro mandos militares imputados por delitos de prevaricación y falsedad documental en el accidente del Yakolev-42, ocurrido el 26 de mayo de 2003 en Trevisonda (Turquía) y en el que murieron 62 militares españoles, han declarado hoy ante la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios. El segundo en comparecer ante la juez, el general Vicente Carlos Navarro, jefe del equipo médico que firmó las identificaciones, ha asumido toda la responsabilidad de 30 de ellas que eran erróneas y ha exculpado al ex ministro Federico Trillo y a sus mandos superiores e inferiores. Previamente, el capitán...

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Los cuatro mandos militares imputados por delitos de prevaricación y falsedad documental en el accidente del Yakolev-42, ocurrido el 26 de mayo de 2003 en Trevisonda (Turquía) y en el que murieron 62 militares españoles, han declarado hoy ante la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios. El segundo en comparecer ante la juez, el general Vicente Carlos Navarro, jefe del equipo médico que firmó las identificaciones, ha asumido toda la responsabilidad de 30 de ellas que eran erróneas y ha exculpado al ex ministro Federico Trillo y a sus mandos superiores e inferiores. Previamente, el capitán Miguel Ángel Sáez ha revelado que la comisión que viajó a Turquía para hacerse cargo de los cadáveres no realizó ninguna autopsia.

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El general médico ha reconocido en su declaración errores en las identificaciones y los ha atribuido a tres posibles causas: el informe toxicológico turco, equivocaciones en las identificaciones por parte del propio equipo español o la manipulación de los cadáveres en la nave habilitada en Turquía para depositar los restos, según fuentes de la acusación. Asimismo, Navarro ha rechazado que se actuara con prisas y que se le presionara para identificar cuanto antes los cuerpos y poder así repatriarlos. Sin embargo, ha reconocido que el equipo español firmó el protocolo entregado por Turquía que indicaba que 30 cadáveres no estaban identificados. Según Navarro, la identificación de estos 30 cuerpos se hizo por los galones o las chaquetas.

Navarro, en sus casi cuatro horas de declaración ante la juez, ha rechado que el equipo médico trasladado a Turquía, y del que él era máximo responsable, viajase con pocos medios, contradiciendo así a lo declarado esta mañana en el mismo juzgado por el capitán Miguel Ángel Sáez, también imputado en este caso. En lo que sí han coincidido Navarro y Sáez ha sido en admitir que el equipo médico español no realizó acto médico alguno para la identificación de los cadáveres. Según su declaración, firmó los certificados de defunción tras efectuarse las identificaciones mediante necropsias que ha calificado de autopsias "light", consistentes en el examen de guerreras, insignias, solapas y otros objetos hallados entre los restos de los cadáveres.

Sin medios y sin traductor

Las mismas fuentes han indicado que Navarro ha justificado su presencia en Turquía porque se lo pidió expresamente Trillo por su experiencia en el caso de Julio A. Parrado, el periodista muerto en Irak. Navarro ha asegurado que el fiscal y las autoridades turcas impidieron a los militares españoles tomar muestras de los cadáveres y ha señalado que fueron "ariscos y esquivos". Horas antes ha comparecido el capitán Sáez. Fuentes de la acusación y de la defensa han coincidido en señalar que Sáez ha admitido que no se hicieron autopsias. En su lugar, realizaron meros partes en los que detallaron el examen ocular que hacían de las bolsas donde se recogían los restos de cada víctima.

En su opinión, su tarea "la pudo haber hecho cualquiera" sin necesidad de ser médico. Además, ha señalado que acudieron a Turquía sin una misión concreta, que no tenían medios para realizar autopsias, ni traductor para hablar con el equipo turco, y que no se trajeron copia de las muestras de ADN recogidas por los turcos. Así, el oficial ha señalado que no hicieron ninguna prueba a los cadáveres, que se les entregaban en bolsas identificadas con un número y un nombre, y que el fiscal de la delegación turca les impidió tocarlos. En este sentido, ha precisado que en un momento determinado trataron de coger la alianza de uno de los militares y el representante turco no se lo permitió.

Su tarea consistió en hacer un examen ocular del contenido de las bolsas y después introducir los restos en otras bolsas españolas, una tarea que el capitán ha definido ante la juez como "necropsia", pese a que, según fuentes forenses, esa denominación es sinónimo de autopsia, que ha negado haber realizado. Durante su comparecencia, el capitán ha hecho hincapié en los problemas lingüísticos que tuvieron con las autoridades turcas, con quienes llegaron a comunicarse por señas. Algunas fuentes de la acusación han señalado que Sáez responsabilizó de la identificación de los cadáveres al general Navarro Ruiz.

Las mismas fuentes han indicado que el capitán ha reconocido que los responsables militares españoles no solicitaron copia de las muestras de tejidos y de ADN que tomaron los turcos a los cadáveres. A las 18.00 horas, la juez ha interrogado al comandante médico José Ramón Ramírez y a las 20.00, ha comparecido el general de División en la reserva José Antonio Beltrán. Tras la comparecencia de Beltrán, la magistrada aún tiene que tomar declaración a un testigo, el comandante auditor Alberto Ruiz de los Paños, que también viajó a Turquía y se encargó de los trámites legales para la repatriación de los cadáveres. Mañana, la juez tomará declaración también como testigo al general de brigada del Ejército del Aire Francisco Sánchez Borrallo, jefe de la representación española en la comisión de investigación interestatal del accidente del Yak-42.

El general de División en la reserva Vicente Carlos Navarro (izquierda) y su abogado llegan a la Audiencia Nacional.EPA

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