Balza apuesta por combatir a ETA sólo por la vía policial pero insiste en el diálogo con Batasuna

Combatir con medidas policiales al "de la capucha y la pistola en el cinto" pero dialogar con el "10% de la sociedad vasca" que representa a la izquierda abertzale. Esa es la fórmula que propone para acabar con la violencia en el País Vasco el consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, en una entrevista que publica hoy el diario Deia.

"Ahora ya se ha avanzado lo suficiente para que ETA no pinte nada en nuestras vidas. No tenemos que pretender dialogar con ETA", asegura en la entrevista Balza. Sin embargo, el consejero de Interior del Gobierno vasco no descarta...

Combatir con medidas policiales al "de la capucha y la pistola en el cinto" pero dialogar con el "10% de la sociedad vasca" que representa a la izquierda abertzale. Esa es la fórmula que propone para acabar con la violencia en el País Vasco el consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, en una entrevista que publica hoy el diario Deia.

"Ahora ya se ha avanzado lo suficiente para que ETA no pinte nada en nuestras vidas. No tenemos que pretender dialogar con ETA", asegura en la entrevista Balza. Sin embargo, el consejero de Interior del Gobierno vasco no descarta "medios dialogados", como ha ocurrido en Irlanda o con la Hoja de Ruta entre Israel y Palestina.

"El centro de la política antiterrorista, hoy día, no debe situarse en un elemento de debilidad respecto a ETA, sino de respuesta policial a ETA, y el centro de gravedad debe estar en la política, que es lo que falla en estos momentos, para pactar elementos de lucha contra el terrorismo entre el resto de los partidos", ha explicado el consejero de Interior.

En su opinión, si el PP cambia de política y se aplican los nuevos "instrumentos judiciales y legales" creados en la Unión Europea "igual no se acaba con ETA, pero la situaba en términos del Grapo".

Balza asegura también que ETA cuenta con "formas estables e internacionales de blanqueo de dinero" para financiarse y que no depende de la extorsión a los empresarios, "que ha convertido no tanto en una forma de recaudación, sino en una especie de atentado" para "hacerse presente".