Comienza el juicio contra 'La Tigresa' y 'Santi Potros' por la muerte de 12 agentes en 1986
El ex dirigente etarra Santiago Arróspide Sarasola, Santi Potros, y la ex integrante del comando Madrid Idoia López Riaño, la Tigresa, asisten hoy al jucio que comienza en la Audiencia Nacional por el atentado contra un convoy de la Guardia Civil cometido el 14 de julio de 1986 en la Plaza de la República Dominicana, de Madrid, en el que murieron 12 agentes.
Esa acción de la banda terrorista se convirtió en la segunda más sangrienta, tras el atentado terrorista contra un Hipercor en Barcelona.
El fiscal pide 1.572 años de cárcel para López Riaño como au...
El ex dirigente etarra Santiago Arróspide Sarasola, Santi Potros, y la ex integrante del comando Madrid Idoia López Riaño, la Tigresa, asisten hoy al jucio que comienza en la Audiencia Nacional por el atentado contra un convoy de la Guardia Civil cometido el 14 de julio de 1986 en la Plaza de la República Dominicana, de Madrid, en el que murieron 12 agentes.
Esa acción de la banda terrorista se convirtió en la segunda más sangrienta, tras el atentado terrorista contra un Hipercor en Barcelona.
El fiscal pide 1.572 años de cárcel para López Riaño como autora material de la acción, y 1.560 años para Santi Potros, por ordenar el atentado cuando ocupaba la dirección de ETA en Francia.
La extradición por Francia de los dos etarras, Arróspide en diciembre de 2000, y López Riaño, en mayo de 2001, permitirá
juzgarles por este atentado -uno de los más mortíferos de ETA- por el que ya han sido condenados otros miembros del comando Madrid como Antonio Troitiño, José Ignacio de Juana Chaos, Esteban Esteban Nieto o Inés del Río Prada.
Según la Fiscalía, Potros hizo llegar los 35 kilos de Goma-2 empleados en la furgoneta-bomba, cuya explosión afectó al convoy de la Guardia Civil compuesto por un autobús y un microbús en los que viajaban 73 agentes.
Por su parte, López Riaño, se habría encargado, junto al arrepentido Juan Manuel Soares Gamboa, de aparcar la furgoneta-bomba en la plaza para que, posteriormente, Antonio Troitiño accionase a distancia el explosivo, que dio de lleno en el autobús de la Guardia Civil, causando la muerte a 12 agentes y lesiones a otros muchos, así como daños por importe superior a los tres millones de euros.