El alto precio del alquiler dispara un 15% la demanda de plazas en colegios mayores: “España no puede perder talento por falta de vivienda”
Los precios en este alojamiento universitario han subido un 2% este curso, frente al 11% de los pisos arrendados
Cada vez son más los estudiantes universitarios que quieren vivir, sobre todo los primeros cursos de carrera, en un colegio mayor. Las plazas se llenan siempre, pero este 2023/2034 el interés se ha disparado por la gran carestía de vivir en un piso de alquiler y la escasez de oferta en muchas ciudades. Según los datos del Consejo de Colegios Mayores Universitarios de España hechos públicos este lunes, las solicitudes ha crecido un 15% este verano, respecto al pasado. Un aumento muy notable que se explica porque sus tarifas han subido un 2%, frente al 11% de las viviendas compartidas.
“Con alquileres disparados y una oferta insuficiente, cada vez son más los estudiantes que ven peligrar su derecho a continuar sus estudios”, describe la situación el consejo. Y con estos mimbres, lanza una llamada: “Es necesario un pacto de Estado entre administraciones públicas y universidades que garantice que ningún estudiante se quede sin una plaza por razones económicas”.
Según el portal Fotocasa, el precio medio de un piso ronda los 520 euros al mes, aunque en Madrid o Barcelona suben mucho más. Y aunque un colegio mayor ―cerca de 1.000 euros en la capital― es más costoso, incluye manutención y los suministros (luz, agua, internet, lavandería, limpieza..). El número de colegios mayores, que están adscritos siempre a una universidad y que se concentran sobre todo en Madrid, se mantiene estancado, mientras el negocio privado no para de crecer. Tanto es así que los fondos de inversión han encontrado un filón en este sector.
“España no puede permitirse perder talento por falta de vivienda. Necesitamos un compromiso nacional que ponga a los universitarios en el centro, no en manos de la especulación inmobiliaria”, subraya Gabriel Beltrán, portavoz del consejo. Construir un colegio mayor cuesta unos 25 millones de euros, una cantidad inasumible para casi todas las universidades, porque están infrafinanciadas.
135.000 plazas en residencias privadas
Las residencias privadas, que no tienen que formar a los universitarios como ciudadanos a través de actividades sociales y culturales (a diferencia de los colegios mayores que tienen ese mandato), suelen ser más costosas que los colegios mayores, que no tienen afán de lucro. España dispone de 975 residencias y 103.862 plazas, según datos del Observatorio Sectorial DBK. Este curso aumentará un 8,4%, hasta alcanzar las 135.000 camas.
Encontrar alojamiento es una odisea, cuando en España se suceden los récords de matriculaciones: 1,7 millones el pasado curso. De ellos, en torno al 18% se muda a una comunidad diferente a la suya y un 31 tiene que cambiar de provincia dentro de su comunidad, según un estudio del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
El Gobierno pretende cambiar el sistema, que deja sin beca a muchos alumnos faltos de recursos porque los umbrales de renta son muy bajos. El pasado curso las ayudas al alojamiento subieron hasta los 2.700 euros, 200 euros más que el anterjor. En 2022 se situaban en los 1.600 euros. Es decir, han subido desde entonces un 69%, pero las clases medias siguen quedándose fuera y es un esfuerzo para muchos inasumible que sus hijos se muden. Un estudio del ministerio sobre el perfil del estudiantado pone de manifiesto que son los más pudientes los que pueden permitirse este cambio en su vida: el 65,3% tienen progenitores con ocupaciones altas (65,3%) y/o un 61,9% con estudios superiores.
“El ascensor social se está perdiendo. Uno tiene beca y no puede seguir estudiando”, alertaba este septiembre la presidenta de la conferencia de rectores, Eva Alcón, en una entrevista en este diario: “Con 3.000 euros de beca [para todo el curso], ¿quién estudia en Madrid o Barcelona con una habitación en un piso digna?Las residencias, además, tendrían que tener un precio asequible, tener visión social. Son problemas graves que al final desincentivarán al estudiantado, que dejará de creer en el sistema.