La presidenta de los rectores: “El ascensor social se está perdiendo. Uno tiene beca y no puede seguir estudiando”
Eva Alcón achaca a la falta de recursos públicos que miles de brillantes bachilleres no puedan cumplir su sueño
Este lunes en muchas universidades españolas comienzan las clases de un curso peculiar. Los campus privados están a punto de superar en número a los públicos, que ...
Este lunes en muchas universidades españolas comienzan las clases de un curso peculiar. Los campus privados están a punto de superar en número a los públicos, que dejan en la estacada a miles de alumnos sin plaza para cumplir sus sueños, generando una ansiedad inédita en Bachillerato. La presidenta de la conferencia de rectores (CRUE) y rectora de la pública Jaume I, Eva Alcón (Castellón, 1963), muestra su preocupación en una entrevista hecha en el marco de un curso de verano de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, que reúne cada septiembre a muchos de ellos.
Pregunta. Las universidades privadas matriculan al 25% de los alumnos de grado, pero ofertan este septiembre el 35% de las plazas. ¿Las autonomías están maltratando a las públicas?
Respuesta. Estamos dejando fuera a personas que creen en la universidad como lugar de oportunidades. Es una realidad. ¿Y por qué en las públicas no ofrecemos más plazas? No hay recursos para atender a esa demanda. Si tienes en Medicina 100 plazas, para ofrecer 200 tienes que duplicar el número de profesores, de laboratorios... y con nuestra situación financiera es imposible.
¿Cómo podemos solventar ese problema? Pasa por llegar al famoso 1% del PIB de inversión [está en el 0,7%], por un plan de financiación plurianual para planificar a largo plazo... Llevamos muchos años trabajando aquí te pillo, aquí te mato. El conocimiento nos va a permitir progresar como país, se demostró en la pandemia. No pedimos dinero para las universidades, sino para la sociedad.
P. En 2030 se debería invertir ese 1% en universidad, pero no se ven avances. ¿Cómo van las negociaciones con las autonomías y el Gobierno?
R. Van lentas. Habrá una reunión este septiembre con voluntad de avanzar. Pero no lo haremos hasta que no seamos conscientes de que se necesita un pacto de Estado que tenga en cuenta el impacto que tiene la universidad en el progreso del país.
Un ejemplo maravilloso ha sido el programa María Goyri [cofinanciación de contratos a profesores ayudantes doctor entre el Gobierno y las comunidades]. La iniciativa nos permite organizar el relevo generacional y tenemos gente volviendo, talento que se había perdido.
P. La Complutense ha pedido un crédito a la Comunidad de Madrid y la Rey Juan Carlos terminará el año con unos números rojos de decenas de millones. ¿Les preocupa que la política de Isabel Díaz Ayuso se copie?
Habrá que plantearse también la cuantía de las becas y a quién se dirigen.
R. Si no recibimos la financiación que llevamos años solicitando, se puede producir [el colapso económico]. Hay una gran diversidad [en las políticas sobre universidad] entre las diferentes comunidades autónomas. En los últimos informes de Dragui y Letta se dice claramente: si queremos ser competitivos, hay que apostar por innovación y el 80% de la investigación se hace en las universidades.
Necesitamos que la sociedad entienda el gran esfuerzo que se está haciendo para poder ofertar plazas, para que la universidad siga siendo un espacio de oportunidades. ¿Cuánta gente conocemos que fue la primera generación de universitarios de su familia y gracias a poder ir a una universidad con precios públicos pudo transformarse en médicos, abogados, periodistas? Eso sí fue un ascensor social y ahora se está perdiendo.
P. ¿Vamos hacia una universidad para quien pueda costeársela?
R. Con la beca antes se podía costear los estudios; ahora uno tiene una beca y no puede seguir estudiando. Las tasas de matrícula de alguna manera son asumibles, pero en muchos casos, además, hay que pagar la manutención y buscar vivienda, que en las grandes ciudades es carísimo. Habrá que plantearse también la cuantía de las becas y a quién se dirigen.
P. La clase media se queda fuera también con habitaciones de 600 euros.
R. Con 3.000 euros de beca [para todo el curso], ¿quién estudia en Madrid o Barcelona con una habitación en un piso digna? Las residencias, además, tendrían que tener un precio asequible, tener visión social. Son problemas graves que al final desincentivarán al estudiantado, que dejará de creer en el sistema. Cuando uno es joven piensa que, con esfuerzo y energía, tendrá los méritos suficientes para conseguir el sueño: ser médico, filólogo... Y si ese sueño no se cumple, tendremos generaciones frustradas, con lo que implica.
Espero es que desde la Casa Real se conozca el potencial que tenemos el sistema universitario español
P. La ministra Diana Morant dijo ayer en este curso que cuando los jóvenes dejan de creer en la meritocracia, no confían ya en la democracia. ¿Está de acuerdo?
R. En parte sí. Cuando uno es joven, aspira a tener derecho a una vivienda digna, a gozar de una universidad en la que se fomentan valores democráticos... Y si eso no se produce, se generan situaciones de frustración, de confrontación, y aparecen los discursos negacionistas, y en ellos los valores democráticos muchas veces se ponen en riesgo.
P. La CRUE ha respaldado que se endurezcan los criterios para ser universidad, pero muchos de sus socios de la privada no lo comparten. ¿Se puede romper la conferencia?
R. El sistema universitario español es diverso y esto es una fortaleza. En CRUE siempre hemos defendido que tenemos que tener universidades de calidad, me da igual si públicas o privadas. Otra cosa ya sería cómo las financiamos.
P. La infanta Sofía va a estudiar en una universidad en el extranjero y privada, al contrario que sus padres. ¿Cómo se lo han tomado?
R. No sé los motivos, si ha sido una decisión planificada por la interesada, si va a completar todos los estudios fuera... Lo que sí espero es que desde la Casa Real se conozca el potencial que tenemos en el sistema universitario español. Creo que así es, porque hemos tenido ocasión de conversar.
P. No se entendería que una futura reina se matriculase en una universidad de otro país.
R. Nuestro sistema si se conoce, se aprecia.
No me voy a pasar a la universidad privada
P. Al menos en Madrid la vida universitaria es casi inexistente.
R. La pandemia hizo mucho daño. La vida universitaria no se ha recuperado. Uno de los objetivos de CRUE es pensar cómo podemos activar esa participación. Hay que buscar la manera de que el estudiantado sugiera estos planes.
P. A muchos rectores de la pública les incomoda que los últimos cuatro presidentes de la CRUE se hayan pasado a la privada (uno ejerciendo de político) tras su mandato.
R. Si me preguntas si me voy a pasar, te contesto que no. Tengo vocación de servicio público, pero la pregunta se la tienes que hacer a ellos.