Las diferencias entre autonomías en las ayudas para comprar libros de texto: del 97% de los alumnos en Andalucía al 30% en Asturias

Un informe de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza indica que la inversión media de este material escolar es de 95,5 euros por familia

Libros escolares en una imagen de archivo.Luis Millán (EFE)

Septiembre es sinónimo de vuelta al cole para miles de familias. El retorno a las aulas a lo largo del mes, que se hará de forma escalonada en función del territorio y del nivel educativo, obliga a los padres a preparar el material necesario para el inicio del curso. Un gasto añadido a la ya de por sí complicada cuesta de septiembre. Con el precio de los libros rondando entre los 30 y los 50 euros, renovarlos año tras año supone una inversión considerable para las familias, especialmente para las que están en una situación socioeconómica más vulnerable. Así que las prestaciones y las ayudas son una salvación o, como mínimo, un alivio. Y aquí aparecen notables diferencias entre autonomías, ya que en Cataluña y Andalucía, alrededor del 97% del alumnado de primaria o de secundaria es beneficiario de alguna, mientras que en Asturias o en Castilla-La Mancha, apenas supera el 30%.

Este desfase entre unas y otras se recoge en el informe El libro educativo en España. Curso 2024-2025, elaborado por la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (Anele) —en la que participan la mayoría de editoriales— y publicado esta semana. La media nacional de estudiantes que han recibido algún tipo de ayuda o de prestación, ya sea parcial o completa, es de 7 de cada 10, aunque hay disparidad entre regiones.

Hay cuatro autonomías, Navarra, Cantabria, La Rioja y la Comunidad Valenciana, que no se pueden comparar con el resto. Esto se debe a una razón principalmente, según explican los autores del informe, y es que en los datos transmitidos respecto a los beneficiarios de las ayudas para libros de texto, estas comunidades han incluido también al alumnado de Formación Profesional o de Bachillerato, mientras que en el estudio únicamente se analizan los de primaria y secundaria. Además, no se han recabado los datos del País Vasco ni de Canarias.

A cierta distancia de Cataluña y Andalucía se encuentra la tercera en la clasificación, que es Murcia, región en la que las ayudas para libros de texto llegan al 85% de los estudiantes de la educación obligatoria. Luego vienen Galicia y Extremadura, con cerca del 70%, y Madrid y Baleares, que superan por poco el 60%. En orden inverso, tras Asturias y Castilla-La Mancha, en las que llega a un menor porcentaje, aparecen Castilla y León, con un 40%, y Aragón, con un 48%.

El presidente de Anele, José Moyano, supone que las diferencias entre unas y otras se debe a la falta de financiación, que varía año tras año, aunque insta a las comunidades a que sean ellas las que respondan. “Lo ideal sería caminar hacia un modelo más homogeneizado, en el que no haya tantas diferencias entre unas autonomías y otras, y que sea sostenible económicamente en el tiempo, para que no cambie año tras año la dotación por falta de recursos”, expresa Moyano.

Los distintos tipos de ayuda que ofrecen las comunidades se pueden agrupar en cuatro grandes bloques. El primero es el préstamo universal, que consiste en la entrega de libros o de cheques para todo el alumnado del sistema público y concertado. Luego está la ayuda en función de la renta, en el que las familias con un nivel socioeconómico más bajo son las que pueden acceder a ella. En tercer lugar están los préstamos de adhesión, en el que son los padres los que tienen que decidir activamente si quieren participar del sistema de libros y, en algunas ocasiones, pagar una cuota determinada. Por último, las ayudas directas, en las que las familias las piden como si fuera una beca y reciben una cantidad económica determinada. Algunas autonomías no tienen un modelo único, sino que se entremezclan según el curso, tal y como explica Moyano.

La inversión media en libros de texto de las familias apenas ha variado en la última década. La diferencia entre los 95,5 euros de 2023 y los 91,6 euros de 2013 es solo de cuatro euros. Este dato, según explican en el informe, no es del todo representativo, ya que las familias beneficiadas por las ayudas no tienen que desembolsar ni un euro, mientras que hay otras donde la cifra es muy superior a los 100 euros.

En otra encuesta publicada estos días por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) cifran los gastos escolares en 2.588 euros por alumno. Aquí se incluye tanto libros de texto como material escolar y uniformes, entre otros. Esto supone unos 400 euros más que la encuesta del año anterior. Hay que tener en cuenta que los datos se extraen de las respuestas de 917 socios de la OCU con hijos de entre 3 y 18 años y que hay “grandes diferencias en función del nivel de estudios y del tipo de centro en el que estudian”, según se recoge en la encuesta.

Las diferencias entre el alumnado que recibe las ayudas para los libros de unas comunidades y de otras es proporcional a los millones de euros adjudicados de presupuesto. Las que mayor porcentaje cubren son las que más gastan. Así pues, de los 290 millones de euros del presupuesto conjunto, 105 son de Andalucía, 48 de Cataluña y 46 de la Comunidad Valenciana. La Comunidad de Madrid es la siguiente en la lista, con 22 millones, seguida de Murcia, con 15.

Los datos de los beneficiarios de las ayudas para libros de texto han sido obtenidos a través de las autonomías y son actuales, mientras que los del número de alumnado de primaria y secundaria han sido extraídos del informe anual que presenta el Ministerio de Educación, cuya última actualización pertenece al curso 2023-2024.

Puedes seguir EL PAÍS Educación en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Más información

Archivado En