El emprendedor de 64 años que factura casi un millón y medio de euros con el bastanteo
Juan Pablo Rodrigo fundó Croowly en 2022. La compañía acorta los trámites para verificar la identidad de personas que tienen el poder legal de representar a terceros
El bastanteo es un proceso en el que se verifica y certifica que una persona tiene la autoridad legal suficiente —un poder notarial— para actuar en nombre de otro individuo o una entidad. Se realiza, por ejemplo, cuando alguien quiere abrir una cuenta corriente a nombre de una empresa. Tradicionalmente este ha sido un asunto tedioso, que soporta una lenta burocracia y se alarga durante días. Es justo con lo que una entidad financiera quería acabar y para lo que pidió ayuda a la consultora de Juan Pablo Rodrigo. Aquella petición fue el germen de Croowly, que comenzó a operar en 2022 tras conseguir digitalizar este y otros trámites burocráticos que requieren verificación de identidad. Con ocho personas en plantilla, la compañía facturó 700.000 euros en 2023 y va camino de duplicar la cifra en 2024.
A sus 64 años, Rodrigo es una excepción en el mundo del emprendimiento, lleno de jóvenes con grandes ideas pero escasa experiencia laboral. Él comenzó su carrera en política —fue jefe de gabinete en UCD— y luego pasó al sector privado, donde trabajó durante 30 años en Seur y MRW, siempre en logística. En 2013 lanzó su propia consultora ligada a la puesta en marcha de nuevos procesos de base tecnológica. Entre sus proyectos, surgió uno de banca digital, donde se requería aligerar el proceso del bastanteo. Se puso manos a la obra con su equipo para solucionarlo, aunque por el camino el cliente tuvo que abandonar el proyecto. Él decidió seguir adelante, consciente de que otras entidades financieras, así como aseguradoras o empresas de renting, tenían la misma necesidad. En 2019 fundó Croowly —junto a su socio Óscar Valente— para desarrollar una herramienta tecnológica. Se trata de IDNotarial, con la inteligencia artificial como eje y una gran base de datos de terminología legal para su entrenamiento. En 2022 ya habían conseguido reducir los varios días que dura el trámite manual a apenas cuatro minutos. Aquel año arrancó su comercialización.
El software ofrece más del 90% de seguridad a los clientes de que el bastanteo está verificado, pero la compañía cuenta con un equipo humano que completa hasta el 100% solventando aquellos casos a los que la inteligencia artificial no llega. “Es una forma de dar seguridad total a los clientes, pero también de seguir el entrenamiento de la tecnología para que cada día lo haga mejor”, subraya Rodrigo, que cuenta con blockchain para dar seguridad a la gestión. Además, la start-up ha ido incorporando nuevos servicios como la integración con el Boletín Oficial del Registro Mercantil para asegurar que la escritura con la que están trabajando es la más actualizada. Para afianzar su situación, la compañía consiguió el año pasado una ronda de financiación de 1,5 millones. “Nos ha permitido aumentar nuestra capacidad tanto de equipo como de estructura”, indica el emprendedor.
Los inicios fueron a cámara lenta porque la experiencia de larga trayectoria laboral le decía a Rodrigo que era mejor ir con pies de plomo. “No queríamos morir de éxito: si de repente te contrata un banco grande y metes la pata…, lo fastidias todo”, afirma. Por eso empezó a trabajar primero con despachos de abogados o consultoras, pequeñas empresas que le permitían más flexibilidad para validar su producto. Ahora destaca que las grandes entidades financieras ya esperan para aplicar su herramienta y que también lo hacen en otros sectores, como en la consultoría, aseguradoras u organismos públicos. “Además, los clientes nos están pidiendo que incorporemos también otros documentos y certificados empresariales, así que también estamos trabajando en ello”, añade.
Croowly, con base en Sevilla, ya está ultimando su desembarco en Latinoamérica, camino que iniciará por Chile, Colombia y Argentina.