Nurettin Acar (Ikea España): “La sencillez de un tomate con aceite y sal es perfecta”
El responsable del grupo en España nació en una familia nómada de origen kurdo, trabajó como vendedor de alfombras en Turquía y es un apasionado de las montañas
Nurettin Acar (55 años) es consejero delegado de Ikea en España. Sus decisiones gobiernan una sección de la compañía que cerró 2023 con unas ventas de 1.954 millones y que da empleo a más de 10.000 personas. Vendedor nato, comienza su entrevista para Negocios con una sonrisa de oreja a oreja: “Me gustaría contar una historia”, dice. De origen kurdo y nacido en una familia nómada, celebra su cumpleaños un 6 de febrero, aunque en realidad no sabe la fecha exacta porque sus padres registraban el nacimiento de sus hijos cuando los desplazamientos se lo permitían. Cuenta que aprendió las bases del negocio trabajando desde muy joven en la tienda de alfombras que regentaba junto con su padre en Turquía; de ahí se trasladó a Suiza, donde antes de iniciar su recorrido en la multinacional sueca, trabajó en un supermercado. De su increíble recorrido vital guarda su afición a los deportes de montaña y el convencimiento de que tener un objetivo y apostar por él es la clave del éxito: “Si te guías solo por las opiniones de los demás tendrás altibajos, pero si fijas un propósito y crees en ti mismo, puedes lograrlo”, concluye.
Pregunta: ¿Se veía de niño dirigiendo una multinacional?
Respuesta: Creo que era una idea de fondo. Sabía que quería asumir responsabilidades, hacer algo significativo e influir en la vida de las personas de una manera positiva. Pero imagina las circunstancias: vivía en una pequeña ciudad y no teníamos televisión ni dispositivos digitales.
P. ¿Y cómo trazó el plan?
R. Mientras trabajaba en la tienda de alfombras conocí a personas que venían del extranjero y recuerdo perfectamente una noche en la que imaginé qué pasaría si estudiara, si me fuera al extranjero y tuviera un papel importante. No sabía qué papel específico sería, pero lo interioricé tanto que creo que acabó haciéndose realidad.
P. ¿Echa de menos el trato directo con los clientes?
R. Me encanta estar en la planta de ventas porque cuando estás allí, con los clientes y con otros compañeros de trabajo, tomas el pulso del negocio. Esto me ayuda después en las decisiones estratégicas.
P. ¿Cómo toma las decisiones difíciles?
R. Intento volver al propósito inicial y tomar las decisiones basándome en valores, poniendo a las personas en el centro. También trato de simplificar para ver qué es lo más innovador y lo que más ayuda a crecer al negocio.
P. ¿Suele arriesgar?
R. Sí, me gustan los riesgos calculados. Me encanta esta mentalidad de probar, intentar, fallar, aprender y luego volver a intentarlo y continuar. Eso es lo que impulsa el desarrollo de una empresa, porque el mundo siempre está avanzando, y si nos aferramos a lo que tenemos podríamos perder el rumbo.
P. ¿Dónde desconecta del trabajo?
R. Para desconectar voy a casa y paso tiempo con mis hijos —el pequeño tiene cuatro meses y el mayor cuatro años— y estar con ellos me lleva a un mundo totalmente diferente. También me gusta ir a conciertos con mi mujer, que es cantante de ópera, y hacer senderismo. Nos encanta estar en las montañas, escalar, caminar y hacer pícnic. Solemos planear cada año una semana de senderismo en los Alpes y te puedo asegurar que los niños ya están entrenados.
P. ¿Tiene alguna montaña pendiente de visitar?
R. Me gustaría volver al lugar de mi infancia, de donde vengo, en la parte oriental de Turquía. Es una zona muy montañosa y me encantaría volver a visitar los paisajes que exploré cuando era niño.
P. ¿Ya tiene planeadas las vacaciones?
R. Sí, este año nos quedaremos en España. Normalmente, solemos irnos a Suiza o a Turquía a visitar a mi familia, pero esta vez pasaremos unos días en el norte de España y luego nos iremos al sur, a Málaga. Es un plan relajado con amigos, para tratar de desconectar.
P. Lleva en España desde 2019. ¿Qué es lo que más y lo que menos le gusta?
R. Es un país increíble, con paisajes espectaculares y una cultura abierta y acogedora […] Me encanta la vida social, la forma en que se interactúa en la calle y por eso vivimos en el centro de la ciudad, para vivirla de cerca. También me gusta la comida; la sencillez de unos tomates cortados en un plato con un poco de aceite y sal. Es perfecto.
Lo que menos me gusta es la impaciencia a la hora de conducir. En Suiza, cuando conduces y quieres cambiar de carril simplemente pones la señal y te dejan, aquí es más complicado.
P. Si tuviese que destacar una virtud que le guste ver en las personas, ¿cuál sería?
R. Me gustan las personas abiertas, que estén dispuestas a aprender, a desarrollarse, y que tengan valores […] Ese es el mejor currículo que puede presentarme un candidato.
P. Con todo su recorrido vital, ¿qué consejo les daría a quienes están empezando?
R. Como dije antes, lo importante es creer en uno mismo. Tener una pasión —sea cual sea— y no rendirse fácilmente, porque las cosas no llegan a la primera. Creo que es importante ser constante, insistir para alcanzar el objetivo.
P. ¿El consejero delegado de Ikea España se arma sus propios muebles o prefiere dejarle el trabajo a un profesional?
R. Yo armo muebles, pero me gusta hacerlo en equipo. Mi mujer nos da las instrucciones y mi hijo y yo nos encargamos de poner las piezas y los tornillos. Pasamos un rato divertido […], aunque para cosas grandes solemos pedir ayuda.
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