Tubacex se sube a la ola de la transición verde
La empresa de tubos revisa al alza su plan estratégico y espera ingresar 1.400 millones de euros en 2027
La vida de las empresas puede ser una montaña rusa. Un día arriba y otro abajo. A la Compañía Española de Tubos por Extrusión (Tubacex), sin ir más lejos, le llegaron a cortar el gas por falta de pago. Cosas que pasan. Fue en 1992, la situación no era buena y la compañía quebró con un pasivo de 113 millones de euros....
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La vida de las empresas puede ser una montaña rusa. Un día arriba y otro abajo. A la Compañía Española de Tubos por Extrusión (Tubacex), sin ir más lejos, le llegaron a cortar el gas por falta de pago. Cosas que pasan. Fue en 1992, la situación no era buena y la compañía quebró con un pasivo de 113 millones de euros. Incluso en una fecha tan cercana como 2021, con los mercados tambaleándose por la pandemia, Tubacex todavía planteaba un ERE para 200 empleados, un tema resuelto según la empresa “con un acuerdo consensuado de forma satisfactoria”. La situación ha cambiado. La clave está en la adaptación. La Tubacex de hoy parece haber dado con la ola buena, el point break de los surfistas. La compañía se ha visto obligada a revisar el plan estratégico que presentó en plena recuperación de mercados para el periodo 2021-2025 porque el negocio va como un tiro y se han cubierto los objetivos con dos años de anticipación. El plan se denomina NT2 y responde al acrónimo de Next Transition, New Tubacex. La idea: recalcar el papel fundamental que la compañía pretende desempeñar en la transición energética. Un proceso que inició en 2013 el equipo directivo encabezado por el consejero delegado Jesús Esmorís, formado en la industria vasca de automoción.
La empresa constituida en Llodio (Álava) en 1963, con José María Aristrain como accionista principal —tiene un 11%—, fabrica y vende tubos sin soldadura en acero inoxidable y altas aleaciones de níquel. La demanda tradicional de los tubos viene de los sectores del gas, el petróleo, la petroquímica, la química y la energía. Pero Tubacex —2.263 empleados, de los que 750 trabajan en España— ha realizado un considerable esfuerzo de modernización en un sector tradicional como es el siderometalúrgico. Sabe adaptarse. La apuesta-objetivo es reducir el peso en el negocio de la industria del gas y petróleo del 60% al 30% para incrementar el de los sectores de automoción, aeroespacial, farmacéutica, hidrógeno, o aplicaciones de captura y almacenamiento de carbono. No se trata de vender sólo tubos, sino “soluciones”.
Todo paso a paso y con puntos de apoyo. Uno de ellos, clave, es el contrato por valor de 1.000 millones de euros, el mayor de la historia de la compañía, adjudicado el pasado año por la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (Adnoc) durante diez años. El plan incluye la construcción de una nueva planta de tubo y roscado en Abu Dabi, la primera planta de OCTG (Oil Country Tubular Goods) en Oriente Medio. De ella saldrán productos tubulares de uso petrolero destinados a actividades de perforación en el sector Oil&Gas. A Dios rogando.
A futuro, el plan estratégico revisado centra el negocio en la energía y movilidad, con una unidad Low Carbon diseñada para acompañar a los clientes en la transición energética y ofrecer soluciones industriales para las nuevas tecnologías. Y sin poner todos los huevos en la misma cesta. Por mercados, los negocios ligados al gas estarán en Oriente Medio, los vinculados a captura y almacenamiento de carbono en EE UU y Canadá y los de hidrógeno verde en Europa. Si la primera fase se centraba en la creación de caja; reestructuración y reducción de deuda, la segunda será la de crecimiento tanto orgánico como inorgánico. Y siempre ojo avizor. Las asociaciones a las que se ha incorporado Tubacex proporcionan una buena idea sobre sus intereses. La compañía está asociada a H2Basque; al Corredor Vasco del Hidrógeno; a SHYNE (Spanish Hydrogen Network); a la alianza Alianza Net-Zero Mar y a H2 IT. Tubacex participa de hecho en prácticamente todos los proyectos de hidrógeno que se desarrollan en Europa, al ser el tubo de la compañía un elemento fundamental tanto en la producción de hidrogeneradores como en electrolizadores.
En los dos últimos años, todo va bien. Lo refleja su evolución en Bolsa, donde está presente desde hace medio siglo. En un año, la cotización ha subido por encima del 66% y el consenso de los analistas se inclina por las compras. Los números respaldan los análisis positivos. El año pasado, el de la confirmación de la recuperación, la compañía ganó 20,2 millones, un resultado que parece anecdótico si se compara con el obtenido hasta septiembre de este ejercicio: facturación récord de 642 millones de euros y un beneficio bruto (ebitda) de 29,5 millones que supera ya el logrado en el conjunto de 2022.
Beneficio récord
El traje se quedaba pequeño. El plan hasta 2025 estimaba unas ventas de 1.000 o 1.200 millones en ese año. Sin embargo, la nueva previsión es alcanzar una facturación entre 1.200 y 1.400 millones para 2027, con un beneficio bruto que no bajará de los 200 millones y una deuda controlada que no superará los 400 millones. En 2022, analistas como los de Renta 4 detectaban como riesgos para Tubacex la ralentización del crecimiento económico y la corriente medioambientalista en contra de los combustibles fósiles. Los riesgos no han desaparecido. Pero pesa más la visión positiva. Lo recogía el mismo análisis de Renta 4 que destacaba la estrategia de Tubacex para “convertirse en un jugador clave en la transición energética (...)”. “Las mayores inversiones en descarbonización en los próximos años”, precisaba, “las harán los principales clientes de Tubacex (petroleras y gasistas) con el objetivo de cumplir con los requerimientos en materia de ESG, hecho que la posiciona con una clara ventaja competitiva”.
Álvaro Blasco (ATL Capital) piensa que Tubacex puede mantener el buen comportamiento en Bolsa una vez recuperadas las cifras de negocio. La razón: “Se han puesto en marcha inversiones en hidrocarburos que se habían paralizado y hay buenas perspectivas en el desarrollo del hidrógeno como combustible alternativo”. Hechos que favorecen los planes de Tubacex.
El consejero delegado de la empresa desde hace diez años, Jesús Esmorís, no tiene dudas sobre el cumplimiento de los objetivos. No los oscurecerá ni el encarecimiento de la energía. En declaraciones públicas, Esmorís ha explicado que Tubacex firmó un contrato de compraventa de energía a largo plazo (PPA) que le permite mantener fijo y estable el precio de la electricidad para los próximos tres años. Una ventaja cuando el encarecimiento de la energía es un problema que afecta, sobre todo, a las plantas de todas las industrias en Europa y que no se da ni en Asia ni en EE UU.
La máquina está engrasada y la cartera de pedidos surtida con 1.630 millones. Una garantía de actividad para las 24 plantas de producción de Tubacex —España, Austria, Italia, EE UU, India y Tailandia, además de Noruega, Arabia Saudí, Dubái, Canadá y Singapur— y para los 14 centros de servicios a nivel mundial. Si los planes no se tuercen, los accionistas principales, con Aristrain a la cabeza (11%) —Ángel Soria (Torre Rioja, 5,006%); EDM Gestión (4,9%) y Santander (3%)— se repartirán entre el 30% y el 40% de los beneficios. Cosas de la buena ola.
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